por Desde entonces, día tras día, a través de la conferencia de prensa ofrecida por el Doctor Francisco Durán, Director de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, hemos seguido atentamente el curso de una enfermedad que en Cuba ha dejado hasta la fecha 82 fallecidos.
Más allá de las cifras están, sin dudas, las historias que cada día se escriben con el altruismo de médicos, enfermeros, de los cubanos todos entregados a la vocación de servir en disímiles lugares y tareas por sencillas que parezcan.
Se les ve casa por casa interesados por la salud de usted, también en una cocina o al timón de ambulancias y taxis, en la distribución de productos de la canasta básica, limpiando las calles de la ciudad o centros de aislamiento, garantizando -por así decirlo- que transcurra la vida en tiempos de Covid-19. Nada fácil, por el gardeo a presión que nos imponen las necesidades cotidianas, algunas increíbles para el resto del mundo.
Las cifras, favorables en sentido general, tienen también aquí nombres y rostros, familias rotas para siempre por culpa de un virus, héroes de batas blancas y no sólo en la primera línea, que le toman el compás a los días y sin descanso llaman a la responsabilidad ciudadana.
En esta batalla conjunta los números son esperanzadores, como una muestra para los cubanos de que es posible vencer la pandemia, ojalá y podamos lograrlo a corto plazo sin que detrás de las estadísticas diarias aumenten tristes historias