Tiempos de COVID-19: A Baracoa me voy

Ahora él también tiene su propia historia que contar sobre el enfrentamiento a la enfermedad y no es precisamente de cómo transcurrió  su aislamiento en estos días, sino como tuvo que dejarlo todo, la casa, la familia, el trabajo en la emisora, su ciudad.

La decisión la tomó un instante, no vaciló, solo preguntó: ¿Y cuándo tengo que subir a Baracoa?

El  antes…

Un caso confirmado a la COVID-19 en la emisora La Voz del Toa en Baracoa, activó el protocolo a seguir  de aislamiento de todos los contactos por lo que en apenas unos días se redujo la vitalidad de la planta radial.

Se buscaron todas las alternativas y los baracoenses recibían la información a través de la emisora provincial,  pero pasado 14 días era necesario retomar las transmisiones desde la planta radial en la ciudad primada, aunque seguía latente un inconveniente; todos los realizadores de sonido de la emisora estaban en aislamiento, vigilancia epidemiológica o en zona de restricción de movimiento.

El día de la decisión…

Rolando Creagh, realizador de sonido de CMKS llegó a la oficina de la Dirección consciente de que se trataba de algo importante y ciertamente lo era, le preguntaríamos sobre su disposición para formar parte del equipo que iría a apoyar las transmisiones de Radio en Baracoa y no vaciló en responder que si, después todo fue muy rápido, partió el 28 de abril y regresó el 13 de mayo, después de un descanso está de vuelta en la emisora listo para contar su historia:

¿No sentiste temor?

Si, miedo siempre se siente, era un momento muy complejo y uno llega a pensar que hasta el aire estaba contaminado, pero yo sabía que había que tomar todas las precauciones y las medidas y dije que si casi sin pensarlo. Yo tomé todas las medidas para el lavado de las manos, entraba solo a los locales donde iba a trabajar  y no iba a ningún otro sitio.

Había estado en Baracoa, muchas veces pero nunca en asuntos de trabajo,  precisamente hacía tiempo que no estaba en la emisora, así que iba casi a lo desconocido en cuanto a las personas con las que iba a trabajar.

¿Pero tenía tus expectativas, tus recuerdos y que sucedió entonces?

Subí La Farola pensando en lo bello que es el paisaje, su gente y  la hospitalidad que era lo que más me gustaba y guardaba de Baracoa. Las expectativas estaban siempre en poder cumplir la misión que me dieron y contribuir en todo lo que se pudiera.

Allí tuvimos que sacar la emisora al aire, así que fuimos un poco técnicos también todos los que estábamos allí y por suerte siempre mantuvimos la comunicación con los trabajadores de la Voz del Toa que estaban en aislamiento y con el Grupo Técnico de la provincia.

Hice de todo  grabar, editar, transmitir, orientar y hasta enseñar porque siempre hay tiempo y momentos más que para enseñar, aprender.  Comenzamos con la transmisión de cuatro horas diarias, después fueron 8 horas hasta llegar a las 16 cuando se fueron incorporando todos los trabajadores de La Voz del Toa y entonces regresé a Baracoa.

¿Y después de esta última experiencia en Baracoa, qué cambió?

Después de los días de trabajo en la emisora de Baracoa descubrí que si antes eran hospitalarios ahora lo fueron más, vi que se entregaban con deseos a lo que hacían y nadie me preguntó de dónde venía. Comprobé por mi mismo que comparten todo lo que tienen y en algunos casos hasta lo que están por tener.

En el plano profesional  pude observar que ellos se esfuerzan por sacar lo mejor al aire, fue una total retroalimentación, ellos me aportaron conocimientos y yo también le aporté otros conocimientos.

¿Si tuvieras en la misma situación otra vez?

Diría que sí,  igual que como el primer día, me iría a Baracoa. Yo quisiera volver a Baracoa, para compartir con los colegas de allí en otras circunstancias y sé que algún día nos volveremos a ver.

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