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Cualquier persona puede pensar que el cinismo tiene un límite, pero incurriría en un error porque, al parecer el practicado por USA es ilimitado y se utiliza con una desvergüenza tal que produce asco. Y lo más curioso es que al practicarlo lo hacen pensando que en el resto del mundo solo existe una gigantesca masa de gente incultas, anormales, y por tanto incapaces de comprender “las bondades imperiales y su alto sentido de la justicia”. En un diario de Yucatán, México, acabo de leer algo sencillamente insólito: “Blinken critica la conducta israelí en la actual guerra”. Más adelante: El secretario de Estado pronunció ayer algunas de las críticas públicas más fuertes hasta el momento de la administración del presidente Joe Biden sobre la conducta de Israel en la guerra de Gaza.
Ahora permítame desgranar algunas de sus afirmaciones, pronunciadas con total naturalidad como si hablara de las bondades de la naturaleza o la belleza indiscutible de una sinfonía del gran Bethoven: las tácticas israelíes han significado una horrible pérdida de vida de civiles inocentes; Estados Unidos cree que las fuerzas israelíes deberían “salir de Gaza”; “el uso por parte de Israel de armas proporcionadas por Estados Unidos en Gaza probablemente violaba el derecho internacional humanitario”; “considerando el daño que la guerra ha causado a niños, mujeres y hombres, era razonable evaluar en ciertos casos que Israel actuó de maneras que no son consistentes con el derecho internacional humanitario” y, finalmente, citó “la horrible pérdida de vidas civiles inocentes.”
Usted podrá apreciar, entre otras características, el lenguaje que históricamente utilizan estos altos personajes del gobierno de Estados Unidos, como la ambigüedad, la anfibología, el compromiso inadvertido, las “válvulas de escape” del discurso para no aparecer como culpables. Y por supuesto, algo que salta a la vista: encubrir el papel del imperio en el genocidio que está practicando Israel contra el pueblo palestino, siempre con su apoyo político incondicional, el suministro de armamento de última generación, incluida la nuclear. Todo lo cual hace de Israel un verdadero gendarme de los intereses yanquis en la zona.
En definitiva: esconden, como siempre han hecho, la muy alta responsabilidad que Estados Unidos tiene en la muerte de más de 35 000 seres humanos; esconden el apoyo que siempre le dio a Israel en sus tropelías, asesinatos, robo de territorios contra Palestina; esconden el bochornoso papel de EE.UU. en la arena internacional, oponiéndose a cualquier Resolución de condena a su entrañable amigo Israel. Y ahora resulta que su Secretario de Estado en nombre del gobierno de Joe Biden, se siente “muy preocupado” con el genocidio al que ellos mismos contribuyeron, como verdaderos padres de la criatura malévola.
En mi opinión estamos en presencia de una charlatanería politiquera vulgar, dentro del objetivo de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos. El imperio necesita lavar un poco la cara ante el mundo, porque el partido demócrata, y otros personajes y tanques pensantes están seguros que los últimos acontecimientos internacionales han descubierto el verdadero cuerpo de la dama impura. Ya el mundo no soporta el peso de tanta inequidad, salvajismo e injusticias; el imperio siente que se debilita su base, y ahora quiere aparecer como un gobierno muy preocupado con las maldades de su propio hijo Israel, malcriado y desobediente que no entendió la necesidad impostergable de salvar al mundo del socialismo.
“Es recia y nauseabunda una campaña presidencial en los Estados Unidos”