¿A ustedes también los llevan al médico?

A veces los veo pasar de la mano de sus padres, otras corriendo por la acera, montando velocípedo, con carritos, muñecas, papalotes, pelotas… una mujer y un hombre en miniatura que juegan, ríen, lloran, cantan…

Pero en una ocasión recuerdo que Melissa insistía en «echar una carrera» con su hermanito, mas él se resistía y permanecía sentado. De pronto se levantó del quicio con cejas fruncidas y bracitos cruzados, y caminó varios pasos en mi dirección.

En ese momento no sabía si decirle algo, saludarlo o hacerlo reír. Por suerte solo se paró a mi lado me miró y volvió a mirar a su hermana. ¿Por qué estás bravo?- pregunté.

Al parecer su enfado era tanto que las palabras no le fluían. Melissa vino corriendo y le tomó la mano, pero él enseguida se soltó. Ella es dos años mayor, tiene 5 y empieza dentro de unos días su preescolar.

Melissa sonrió ante ese gesto al igual que sus padres, y me contó que la incomodad de Alain estaba asociada a que lo habían llevado al médico. ¿Qué te hicieron los doctores?– Le pregunté. «Nada, es que me revisaron todo».

Mi reacción fue de risa, pero no podía demostrársela. «Me revisaron los ojos, la boca y me pusieron una cosa fría aquí» (señala el pecho). ¿Y cómo te revisaron los ojos? Su respuesta fue un estirón de cachetes hacia abajo. ¿Y la boca? «Me pusieron un palito en la lengua».

Melissa reía y reía, y después le dijo, «¡mijo tú no ves que eso es para cuidarte!». La respuesta de ella me llamó la atención. Claro, eso es para que los médicos sepan si estás bien o no, le expliqué. «Pero ¿por qué?» cuestionó Alain.

Ufff, ¡qué difícil! ¿Me enseñan cómo explicarle a un niño de 3 años por qué el sistema de salud cubano se encarga de ellos? O acaso, ¿cómo explicarle los programas de desarrollo y protección para la infancia?

Mi respuesta fue sencilla, pues aquí protegen a todas las niñas y los niños.

Más que una conversación…

El encuentro con mis vecinitos sirvió de pretexto para estas líneas, pues los niños y las niñas de Cuba tienen establecidos varios planes de desarrollo que son priorizados por el Estado.

De acuerdo con el sitio de la UNICEF, Cuba organiza servicios, programas e instituciones de atención a la primera infancia para lograr un objetivo común: el máximo desarrollo integral posible en cada niño, siempre con un enfoque intersectorial y de equidad.

En este sentido, los servicios de salud forman parte de los derechos de las niñas y los niños, y garantizan su desarrollo normal a través de un sistema, implementado desde 1960, que brinda especial atención a la madre y su hij@.

También el portal de la UNICEF refleja que el Desarrollo de la Primera Infancia tiene repercusiones en el desarrollo humano a lo largo de toda la vida, y se complementan con tres factores principales: salud y el desarrollo sostenidos, relaciones estables y receptivas, así como una nutrición apropiada. Todo esto favorece posteriormente el aprendizaje y el comportamiento del infante.

Por estas razones me costó trabajo explicarle a Alain, no debe molestarse por eso, más bien debería sentir satisfacción de saber que se preocupan por él.

Derechos

Los sectores dominantes de Desarrollo de la Primera Infancia en Cuba son: educación, salud y nutrición (tanto para las madres como para l@s niñ@s), y protección de la infancia. Estas esferas de atención están disponibles en las comunidades, los hospitales, consultorios, hogares maternos, policlínicos, etc.

Pero además de los derechos educativos y de salud, el estado cubano garantiza para l@s que como dijera Martí, saben querer, el derecho a la nacionalidad, a tener un hogar, a la alimentación, a la igualdad, a expresarse libremente, a no trabajar, a la cultura, al deporte, a la recreación, al juego…

La esperanza…

Según refiere el documento de la UNICEF, publicado en 2016, en Cuba hay más de 855 mil niños y niñas de 0 a 6 años de edad, de los cuales, el 99,5 por ciento asiste a un programa o una institución de educación temprana. Otro de los elementos que recoge este estudio, se centra en el liderazgo regional de la Isla en cuanto al desarrollo del segmento poblacional infantil.

¿Cómo explicarle entonces a Alain tendrá que «someterse» a otras consultas con los médicos, o que estará obligado a ir a la escuela cuando alcance los años de Melissa? Por suerte él va al círculo.

Y para priorizar esta atención existen programas como el Materno-Infantil, el Educa a tu Hijo con una cobertura de atención a la primera infancia del 96 por ciento en vías formales y no formales. Y todo es por un mundo al derecho pues nuestros niños y niñas gozan de oportunidades y participación en asuntos propios de su edad.

Uno de los datos más reveladores de la UNICEF es que Cuba, en el año 2015, se convirtió en el primer país del mundo en certificarse como libre de transmisión materno-infantil del VIH y la sífilis congénita.

Y por más que algunos intenten opacar y empañar la imagen de esta Isla, ese logro es resultado de los esfuerzos estatales para garantizar atención prenatal, el parto institucional con personal calificado, la prueba serológica positiva para el VIH o la sífilis, y el acceso al tratamiento antirretroviral en correspondencia con las normas establecidas por organismos internacionales.

Sin dudas una explicación que Alain entenderá cuando crezca, pues mientras tanto su preocupación es desarrollar su personalidad, aptitudes, capacidades, valores… todo con la guía de sus padres, sus seños del círculo, y hasta los «inoportunos» médicos.

De pronto creo que la solución para los «problemas» de este pequeñito se resuelven si les pregunta a sus amiguitos y amiguitas del círculo: ¿a ustedes también los llevan al médico?

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