Bolivia y Chile ante La Haya: la disputa por el mar

Este 1ro. de octubre, no se hizo posible poner punto final a la prolongada disputa judicial entre ambos estados. El tribunal falló en contra de la petición boliviana.

«Por 12 votos contra tres, la República de Chile no está obligada jurídicamente a negociar un acceso soberano al océano Pacífico para el Estado plurinacional de Bolivia», señala el fallo leído por el presidente del tribunal, Abdulqawi Ahmed Yusuf.

Los magistrados instaron a continuar con «los diálogos y la buena vecindad», pero desestimaron todos los argumentos planteados por el Estado plurinacional.

Así, tras cinco años desde que Bolivia demandara a Chile en la Corte, se dirime un histórico conflicto que plantea importantes cortocircuitos entre las naciones en disputa.

RECLAMO HISTÓRICO

El Gobierno de Bolivia nunca dejó de reclamar la recuperación del acceso al mar, y durante gran parte del siglo XX intentó llevar a Chile a una mesa formal de negociaciones.

Los conflictos por los límites marítimos entre Bolivia y Chile comenzaron en 1828, cuando la Constitución chilena estableció que su territorio llegaba hasta el despoblado sector de Atacama, disposición que terminó con la invasión del lugar en 1879. En este episodio, Bolivia perdió 400 kilómetros lineales de costa y 120 000 kilómetros cuadrados de territorio.

La demanda presentada en abril del 2013, reclamaba una salida soberana al océano Pacífico que Bolivia perdió por la fuerza de las armas hace 139 años cuando fue invadido su puerto de Antofagasta. En septiembre del 2015, el Tribunal de La Haya rechazó la petición chilena para declararse incompetente y se mantuvo analizando las posiciones de las partes involucradas.

Con la llegada de Evo Morales al poder, el reclamo tomó nuevo impulso y se convirtió una vez más en uno de los puntos principales en la agenda en relaciones exteriores de Bolivia, que entonces comenzó a recurrir a los tribunales internacionales.

En concreto, Bolivia pide al tribunal de La Haya que se dicte sentencia sobre la obligación chilena de negociar un acuerdo que le otorgue una salida plenamente soberana al océano Pacífico a los bolivianos, que quede constancia de que Santiago ha incumplido esa obligación, y que Chile debe actuar de buena fe y en un plazo razonable.

Por su parte, la posición de Chile ha sido invariable. La postura oficial de Santiago es que la cuestión está resuelta por el Tratado de 1904, que ambas partes firmaron libremente, y que no está obligado por tanto a ceder su soberanía.

Poco después, al asumir su segundo mandato (11 de marzo del 2018), Sebastián Piñera declaró que «Chile no va a perder territorio, mar, integridad territorial o soberanía, independientemente del fallo del tribunal de La Haya».

Vale recordar que en su anterior mandato (2010-2014), el presidente Piñera fue quien decidió congelar una serie de acuerdos exploratorios conocidos como la agenda de los 13 puntos, que habían iniciado en el 2006 los presidentes Morales y Bachelet.

LA IMPORTANCIA DE LA SALIDA AL MAR

En El libro del Mar, documento publicado por el Gobierno boliviano en el 2014, La Paz destaca las penurias que a su juicio el país ha sufrido tras la pérdida de esta conexión marítima estratégica.

En concreto, se habla de la pérdida de acceso a recursos como la pesca, el salitre, el guano, la plata, el cobre y el litio presentes en el territorio cedido. Así como también, claramente, las dificultades y trabas impuestas al libre tránsito de las exportaciones e importaciones bolivianas.

Según el documento, los altos costos incurridos en los puertos de Antofagasta y Arica hacen a los productos bolivianos un 55,7 % más caros que los chilenos y 60 % más que los peruanos. Y eso ha tenido un impacto en el desarrollo económico de Bolivia, uno de los países más pobres del continente.

La Haya, aun cuando decidió en contra de Bolivia, ha instado al diálogo, a la negociación, en pos de lo más conveniente para ambas naciones.

Pero el tema es altamente sensible en ambos países. Dos posturas encontradas, dos países que defienden sus territorios, dos pueblos que reclaman sus derechos. El conflicto no parece tener fin.

Antes de partir a Holanda, el mandatario boliviano expresó por medio de su cuenta oficial en Twitter que la causa «no puede ni debe ser considerada como un acto inamistoso, sino como la oportunidad que nos permita reencontrarnos».

«Los mares y océanos son patrimonio común de la humanidad y Bolivia jamás abandonará esta causa», agregó Morales.

– 1920: Bolivia plantea por primera vez, ante la Liga de las Naciones, revisar el Tratado de 1904. Una gestión que termina sin éxito.

– 1975: Los dictadores Hugo Banzer (Bolivia) y Augusto Pinochet (Chile) protagonizan el famoso abrazo de Charaña, que da inicio a una negociación sobre la demanda boliviana. Sin embargo, en 1979 fracasa la negociación iniciada por los dictadores y se rompen las relaciones diplomáticas.

– 1979: La Organización de Estados Americanos (OEA) por primera vez declara que «la cuestión marítima es un asunto de interés hemisférico permanente».

– 1989: La ONU acepta incluir la demanda boliviana como tema de cualquier sesión a pedido de una de las partes.

– 1992: Los presidentes de Bolivia, Jaime Paz Zamora, y de Perú, Alberto Fujimori, firman un acuerdo que concede a Bolivia una salida al océano Pacífico por el puerto de Ilo, hasta hoy sin uso por problemas de infraestructura.

– 2006: Los presidentes Evo Morales (Bolivia) y Michelle Bachelet (Chile) establecen una agenda de 13 puntos que incluye el tema del mar.

– 2013: A 134 años del inicio de la Guerra del Pacífico, Evo Morales reitera que el diferendo se resolverá en el marco del Estado de Derecho vigente en el país. Semanas más tarde, Bolivia anuncia que demandará a Chile ante los tribunales internacionales para que atienda su reclamación marítima. Y Chile responde que una demanda sería un serio obstáculo en las relaciones bilaterales.

– 2018: La Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió su sentencia sobre la demanda marítima de Bolivia ante Chile y concluyó que Santiago no está obligado «jurídicamente a negociar un acceso soberano al oceáno Pacífico para el Estado plurinacional» boliviano.

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