Cuba toma sus plazas y sus calles

Esta vez muchas son las razones que convocan, que invitan al encuentro en un espacio plural y diverso, y a la vez único. La Patria es lo primero y a ello se suman efemérides trascendentales, como la celebración de los aniversarios 55 de la Campaña de Alfabetización, de la proclamación del carácter socialista de la Revolución y de la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América Latina.

Como asegurara Guilarte de Nacimiento a pocas horas de la celebración, el acontecimiento tendrá una  significación particular pues «es el primer acto masivo, popular, de movilización nacional a todo lo largo y ancho del país, después de realizarse el Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) y, por lo tanto, para los trabajadores la principal motivación para asistir a ese desfile es justamente refrendar allí el apoyo mayoritario del pueblo, la expresión de unidad de los cubanos al PCC, al  Gobierno, al proyecto social que genuinamente hemos elegido».

El cumpleaños 90 del líder de la Revolución Cubana añade una inspiración especial, pues con humanidad y sentido de justicia Fidel ha conducido los destinos de una nación, ahora empeñada en actualizar su modelo económico para lograr una sociedad próspera y sostenible.

A la Plaza de la Revolución José Martí, en la capital, el pueblo irá llegando poco a poco, con los atuendos imprescindibles para «pasar una noche a la luz de las estrellas, pero alegres y comprometidos», como me aseguró Pavel González, un jubilado, que cada año «arrastra» a los suyos hasta ese sitio histórico, testigo excepcional de grandes batallas.

Y no faltarán quienes desde muy lejos, movidos por las ansias de conocer un país y, en particular a la Revolución Cubana, muchas veces amén de situaciones económicas difíciles, acompañen a los cubanos para vivir la experiencia única de una marcha multitudinaria, colorida, alegre, patriótica, de la cual no tienen ni vivencias, ni otros referentes.

Este Primero de Mayo será, además, una oportunidad única para aquellos que en 1960 dejaron atrás la familia, incluso siendo muy jóvenes, y marcharon a los lugares más intrincados con cartillas y faroles con el objetivo de enseñar a leer y a escribir a los más pobres y necesitados.

En la Plaza de todos los cubanos, como se ha dicho más de una vez, estará la profesora universitaria Gilda Vega, quien con apenas 13 años, y en compañía de otros de su misma edad, alfabetizó en una cooperativa cañera en Camagüey, la «tarea más bella» que ha realizado en la vida, según su decir. 

«Reafirmar la cubanía», «apoyar los planteamientos emanados del VII Congreso del Partido», «ratificar mi posición como patriota», son en síntesis algunas de las expresiones más comunes escuchadas por estos días, y que llegarán a su punto culminante este domingo. ¡A la Plaza iremos todos!, ¿cómo negarlo?, si se trata de un llamado de la Patria.

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