Médicos en Cienfuegos y campañas enemigas: ¿Dónde está la verdad?

Cienfuegos, entre las provincias más complicadas del país desde hace varias semanas, posee en el enfrentamiento de su personal sanitario a la pandemia una de las principales fortalezas para salir de tan difícil momento.

Precisamente las dificultades actuales son las que han elevado su condición de héroes, pues por tener encima su país la bota de un bloqueo que le cierra el acceso a medicinas y equipos, no siempre tienen a la mano todos los recursos necesarios para atender la urgencia, y es entonces su profunda humanidad la que estimula el ingenio, la alternativa, y los sobrepone al cansancio y a la carencia.

De esos héroes hablamos, no de los que nuevas campañas enemigas manipulan su labor a conveniencia, exaltándolos ahora como «víctimas», o poniéndolos al centro de fabricadas protestas por las condiciones en que el país enfrenta la COVID-19, y quieren hacerlos voceros de su ofensiva anticubana, a los mismos médicos y enfermeras que llamaron esclavos, personeros del régimen, y de quienes se burlaron porque el pueblo agradecido se asomaba cada noche en el balcón a dedicarles aplausos.

Los héroes nuestros, los de verdad, tienen nombres y muchísimas horas de desvelos, como en Cienfuegos Yoany Ojeda Treto, especialista de primer y segundo grados en Medicina Intensiva y Emergencias, quien ejerce en el hospital provincial desde 2011, y tiene «anécdotas difíciles para contar, que quedan grabadas para siempre, como ver morir a dos hermanos mirándose a la cara, uno al lado del otro, ante una complicación grave de la enfermedad, sin poder hacer nada más por salvarlos. Sin embargo, van siendo muchos más los que salvamos, y esa satisfacción nos impulsa».

También hay héroes en el servicio de Neonatología, que atiende a los recién nacidos enfermos de madres positivas al SARS-COV-2.

El equipo de neonatólogos del hospital provincial de Cienfuegos presta atención a los bebés de madres positivas al SARS-COV-2. Foto: del autor

El jefe de estos servicios, el doctor Anolys Piña Rodríguez, especialista de primer grado en Neonatología y en Medicina General Integral, asevera que «la familia cienfueguera puede sentirse confiada de que los neonatólogos hacemos y haremos, bajo cualquier circunstancia, lo que nos corresponde para preservar la vida de los pequeños.

«Las guardias médicas del servicio están fortalecidas para asistir a los nacimientos de niños de madres positivas o convalecientes del virus. Dentro de las limitaciones que nos impone el bloqueo, esos recursos están garantizados. Hace muy poco asistimos, por cesárea, en el Centro de Especialidades Ambulatorias (anexo al hospital), a la paciente Yudisleydis Antúnez, de 27 años, positiva a la COVID-19 e hipertensa crónica. Fue un embarazo gemelar que transcurrió sin contratiempos. El resultado fueron dos bebés de más de 3 000 gramos, ambos en muy buen estado de salud».

La joven doctora Sandra Sobrino Moya, residente de Medicina General Integral, del consultorio del médico y la enfermera de la familia número tres, en el reparto Las Minas, perteneciente al Área II de Cienfuegos, lleva Abdala a casa de una veintena de pacientes.

«Por la lejanía, y por sus enfermedades, no pueden caminar esas distancias, y nosotros vamos a sus hogares. Preparamos el material para ayudar a los encamados y demás personas, para que no se vaya a quedar nadie sin vacunarse».

Leanilis Rodríguez Díaz, su enfermera acompañante, narra que los pacientes «nos agradecen mucho, incluso hasta lloran cuando están en el proceso de inmunización, porque es algo grande para nuestro país».

Su colega, Olga María Escandón Torres, encaró la COVID-19 primero en Venezuela, y ahora, de regreso en Cuba, continúa haciéndolo en su natal Cienfuegos. «En condición de enfermeros, estamos preparados para enfrentarnos a este panorama. No es menos cierto que ante el creciente número de casos y de fallecidos asociados a la pandemia, uno puede sentir algún grado de estrés, pero venimos con la misión de ayudar a salvar a nuestra gente y los cienfuegueros pueden confiar  en que así lo haremos», aseguró.

La doctora Sandra Sobrino Moya y la enfermera Leanilis Rodríguez Díaz llevan la vacuna Abdala a la casa de pacientes de su consultorio con dificultades de movilidad. Foto: del autor

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