¡CUIDADO, Monroe sigue vivo!   

“Agregar a Cuba es lo que necesita los Estados Unidos para que la nación americana alcance el mayor grado de interés…siempre la miré como una adquisición interesante para nuestro sistema de Estados Unidos.”

Me refiero a James Monroe, 5to presidente de Estados Unidos, a partir del cual, en el desarrollo de la vergonzosa política exterior de ese país, los gobiernos que lo han sucedido hasta la época actual de los  buenos señores Trump y Biden, son como drogados fanáticos  por   lo que se conoce como doctrina Monroe “con el sano orgullo de ser dueños de nuestros pueblos latinoamericanos.” “América para los americanos” su leitmotiv, y la frase acuñada por Trump “EE.UU. primero” así lo corrobora. Es tanto el cinismo que llegan a estar convencidos de que nuestros pueblos son como una gigantesca masa de gente  de segunda categoría, además   anormales e ignorantes. Todo lo que haga y afirme el imperio es legal, moral, y definitivo. Los olvidados de siempre, los del sur subdesarrollado, deben obedecer los enfermizos apetitos del gran señor norteño.

Hace muchos años un compañero de trabajo me dijo que EE.UU era como una gran caja lujosa ataviada con ribetes de oro. Pero con una tapa que, al abrirla, se descubría repleta de cucarachas, obviamente insectos repudiados por todos. Y es así, le venden al mundo la idea del ya tan cacareado sueño americano, el que “tienes que estar dormido para creerlo”.

Es que las apetencias desmedidas de James Monroe y sus alumnos predilectos de hoy producen  el deseo irrefrenable de no sucumbir a que nuestros países se entreguen en bandeja al amo imperial. ¿Por qué? Pues porque el enemigo de los pueblos ya nada tiene que ofrecernos, excepto que sea sometimiento a un sistema putrefacto, y a estas alturas ningún pueblo emancipado  quiere ni asomarse a ese mundo sórdido. Veamos por qué:

Porque: en ese país todos son cautivos del gran poder empresarial, que en definitiva es la columna vertebral de su propia existencia egoísta; es permanente las guerras sin fin para enriquecer el complejo militar industrial donde también mueren soldados yanquis; recortes presupuestarios para programas sociales de suma importancia como la educación y la salud para satisfacer los gastos de “la defensa” –entiéndase ofensivos-; un sistema carcelario más grande del mundo, donde hasta los niños pueden ser presos de por vida con énfasis, por supuesto, en los negros; elecciones cuya base fundamental es el dinero y el soborno por encima de cualquier motivación moral y ética; una nación donde su sistema  ha permitido que el 1% más rico se apropie de 54 billones del 90% de los que no son ricos o millonarios y de los que, en el país más rico, hay una enorme cantidad de seres que buscan un lugar en plena vía pública para pasar la noche.

Claro, hasta aquí solo he mencionado unos pocos ejemplos de ofensas a la dignidad humana. Mucho más se necesitaría para denunciar tanta villanía e injusticia al propio pueblo de Estados Unidos, al que obligan a pensar que es el dueño del mundo y que el sistema neofascista es el que debe, por orden divina, ser propietario de vidas y haciendas de los pueblos. Así lo pretendió aquel presidente  en su tiempo, pero ni remotamente pudo avizorar que hoy se acercan, cada vez más al umbral de su propia destrucción.

El tiro erró. América ya no tiene dueño, es de América, de sí misma,  y solo de ella. El egoísmo tiene un límite, y está en la decisión de los pobres de ser libres y no pertenecer  a los americanos. Para América el fascismo es la muerte y como tal lo aborrecemos. Así que, descanse en paz señor James Monroe. Así lo deseamos porque no somos gente de odio, sino de paz y fraternidad entre los seres humanos.

Respetamos a Lincoln, pero tienen que aprender, quiéranlo o no, a respetar a Martí, Sucre, San Martín, JuárezBolívar, Fidel, el Ché,  y tantos otros grandes hombres de nuestras tierras, porque llegará el día que su sistema irá a parar al campo santo para que, en el mismo lugar, broten flores de esperanza, respeto y paz.

“El revolucionario verdadero es guiado por un gran sentimiento de amor”, Ché

Autor

  • Silvio José Blanco Hernández

    Silvio José Blanco Hernández. Colaborador del Portal de la Radio Cubana. Destacado y multipremiado periodista, escritor, asesor y analista de información. Es autor de libros como "La radio, técnica, arte y magia", y "Los programas informativos de la radio... Y algo más", entre otras obras y materiales investigativos con importantes aportes metodológicos al medio radial.

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