OEA al banquillo … de nuevo

Durante una reunión virtual del Consejo Permanente de ese organismo, señalado de actuar como ministerio de colonias de Estados Unidos, el canciller boliviano, Rogelio Mayta, dijo que Almagro insulta a su pueblo con la insistencia en que los comicios presidenciales de ese año estuvieron viciados.

Fue un informe con datos falsos publicado por el grupo de observadores de la OEA el que sirvió de pretexto para la movilización de la policía, el ejército y la derecha más reaccionaria, que a la postre forzó la salida de Morales del poder e instaló un gobierno de facto encabezado por Jeanine Áñez.

Análisis posteriores, entre ellos uno realizado en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts, demostraron que las elecciones fueron transparentes y que el ganador fue el Movimiento al Socialismo, MAS.

A pesar de todas las evidencias, Almagro repitió hace pocos días la versión tendenciosa de que hubo fraude, a lo que el ejecutivo de Bolivia respondió con firmeza y calificó las palabras del funcionario como un discurso de odio.

El ministro boliviano de Justicia, Iván Lima, dijo en una rueda de prensa que los estados miembros no pueden permitir que un secretario general de la OEA que ha perdido toda objetividad, y no le queda ni un mínimo de decencia en sus acciones, pueda continuar representando a esa organización.

Durante ese encuentro el canciller Mayta aseguró que a los pueblos no les sirve una Secretaría General que no articule, que divida, que como práctica cotidiana prejuzgue y se crea una voz más allá de toda regla.

Evo Morales, máximo líder del MAS en la actualidad, concluyó que la organización continental no necesita un dirigente que actúa como un agente golpista del imperialismo.

La lluvia de críticas ocurre en momentos en que las legítimas iniciativas de integración regional están recuperando su influencia, como sucede con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, y la Unión de Naciones Sudamericanas, UNASUR.

Un despacho de la agencia Prensa Latina destaca que presidentes como Alberto Fernández, de Argentina, y Luis Arce, de Bolivia, se sumaron a la idea de su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de sustituir a la OEA por otro organismo que no responda a Estados Unidos.

Soplan nuevos tiempos en la región que ponen en aprieto a Washington y sus aparatos de dominación continental y abren una esperanza a los pueblos.

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