Siempre en 26, muchos Moncada

En esa tierra nació el Padre de la Patria, allí está el indómito Bayamo que prefirió transformarse en cenizas antes que caer nuevamente en poder de las hordas coloniales. Por playa Las Coloradas, también en la actual provincia de Granma, desembarcó el yate que nos trajo la aurora de la libertad y al que debe su nombre.

El pueblo granmense trabajó duro y con denuedo para merecer la sede por el Acto Central este 26 de Julio, día que en 1953 la Generación del Centenario de Martí, con la fuerza de las ideas y las armas, proclamó el reinicio de la lucha emancipadora. Es este un año de grandes y hermosas coincidencias en el contexto de una celebración trascendente para el alma nacional cubana.

Aquel día aguerrido y heroico se recuerda con veneración merecida. Constituye el culmen del despertar de la conciencia patriótica y revolucionaria del pueblo cubano.

Más de una vez hemos ansiado haber vivido aquella época y haber sido uno más de aquellos soldados de la Patria. No por ello debemos sentir insatisfacción. El Moncada, el Granma, la Sierra y enero de 1959 desbrozaron un sendero que desde entonces y hasta hoy nos corresponde seguir caminando.

Lo mismo que ayer con las armas en la mano y el ideal patriótico como inspiración, esta vez cubanas y cubanos tenemos muchos Moncada por conquistar y, con ello, merecernos más aquel Moncada histórico que nos legaron Fidel, Abel, Raúl y la juventud que ofreció sus vidas allí por la conquista de nuestra soberanía.

Siempre es 26 significa que tenemos muchos Moncada por delante; tan gloriosos como aquel cuyo ejemplo palpita en cada misión o tarea.

A 66 años del Moncada la Patria nos invita a enfrentar muchos retos, entre ellos la implementación del  Nuevo Modelo Político, Económico y Social que cimentará las condiciones de un Socialismo cubano próspero y sostenible, así como la marcha y estricto cumplimiento de nuestra Constitución de la República.

Impedir que nadie se sienta por encima o al margen de la Constitución, combatir lo mal hecho, la chapucería, la indisciplina social y cualquier tipo de ilegalidad y corrupción, esos son nuestros Moncada. Poner lo mejor de sí en el trabajo, el estudio y la defensa de la Revolución, es también un Moncada.

Incrementar la solidaridad y el humanismo que nos caracterizan, despojarnos de la apatía, la soberbia, el pesimismo,y condenar la chapucería y el burocratismo, es también ser moncadistas.

No permitir que nuestros proyectos se conviertan en meras consignas y sí asumirlos como herramientas de acción para el bien social, es también vía para que seamos, en la realidad de hoy, combatientes del Moncada. Llevar en nuestras mentes, corazones y ejecutoria el Concepto de Revolución dado a nosotros por nuestro eterno Fidel, es también nuestro Moncada.

Por eso y más Siempre es 26. Más allá de la conmemoración, el recuento, el infinito y merecido respeto a los compatriotas que nos precedieron, el Moncada es actualidad viviente, Revolución en continuidad histórica que se prolonga en el tiempo e interpreta en cada momento y circunstancia lo que cada momento exige, sin excepción, a cada uno de nosotros.

El Moncada es Victoria de las Ideas, las mismas que estamos llamados a preservar y defender en su dialéctica por constituir nuestra razón de ser y hacer Cuba, de ir por más para el bien de todos.

¡Que viva el 26!

 

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