por Con el “ llamamiento al Pueblo”, firmado por Fidel y Faustino Pérez, en la Sierra Maestra, de fecha 12 de marzo de 1958, se ponía en marcha la organización y desencadenamiento de un plan nacional con el que se pretendía dar el golpe final a la sangrienta dictadura batistiana.
Para el movimiento clandestino en La Habana ese mes había sido fatídico. Jefes de prestigio y autoridad habían sido detenidos y otros asesinados. Así sucedió con Sergio González ( El Curita ), torturado cruelmente y asesinado. También Arístides Viera ( Mingolo ), caído en combate en las playas de Marianao al enfrentarse a numerosas fuerzas policíacas. Ellos, y otros combatientes que corrieron la misma suerte estaban involucrados en las acciones que se llevarían a cabo durante la Huelga.
A finales del mencionado mes las células del Movimiento 26 de Julio se pusieron en tensión. En lo que a la radio y la televisión respecta, se incrementaron los contactos y coordinaciones. El dinamismo del coordinador del Movimiento de dicho sector, Wilfredo Rodríguez Cárdenas ( Felo ), se hizo notar más que nunca. Junto al ingeniero Fernando Poo, recorrió las emisoras que transmitirían el llamamiento a la huelga, para asegurar cuestiones técnicas y también medidas de seguridad para quienes participarían en las acciones.
A inicios del mes de abril y mientras se trabajaba con entrega total la represión policíaca se acrecentaba, al igual que los registros indiscriminados a casas que podrían mostrar sospechas de refugios para revolucionarios, al mismo tiempo que los sótanos de estaciones de policías, del Buró de Investigaciones y del SIM se llenaban de revolucionarios y de inocentes.
El día 3 se conoció la detención, para después ser asesinado, de Pepe Prieto, valiente capitán del Movimiento, estrechamente vinculado con el sector de la radio y la televisión.
Desde el día 8 de abril cada integrante de las células que radicaban en las emisoras seleccionadas tenían estudiadas debidamente las misiones a cumplir, aún cuando en las mismas existía la vigilancia de los uniformados. Dichas emisoras fueron CMQ, Circuito Nacional Cubano, CMBF, 1060 y la Cadena Oriental de Radio. Se incluía en los planes, como acción principal, el Circuito CMQ ( Radio y Televisión ), donde se haría la única acción armada por un comando del Movimiento.
Al llegar las once de la mañana – hora acordada -, se escuchó por las emisoras relacionadas la grabación del llamamiento a la huelga – en la voz de Wilfredo Rodríguez-, antecedido por un fragmento de la canción titulada Marcelino Pan y Vino, entonces muy popular, y a continuación el Himno Invasor del Ejército Libertador Cubano. Era el inicio de la huelga.
El comando armado integrado por cerca de veinte combatientes de la célula de la CMQ realizó una verdadera hazaña al tomar bajo su control el edificio donde radicaban la emisora y televisora más potentes e importantes del país. Con total disciplina y valentía ocuparon los masters de la radio y televisión, se pasaron los discos con el llamamiento a la huelga y posteriormente se quemó parte de las locaciones.
Fue un éxito rotundo de la propaganda armada, sin disparar un solo tiro y habiendo desarmado a los uniformados que custodiaban el centro. En todo ello sobresalieron Alberto Luberta, Gabriel Palau, Ángel Carsí e Isabel Aida Rodríguez, la única mujer que formó parte del comando.
Con el objetivo de entregar algunas armas ocupadas durante la acción, parte de los integrantes del comando se dirigió a la Jefatura de Propaganda de la huelga situada a corta distancia de la CMQ, en el edificio de calle 15 y L, donde se encontraban, entre otros, Arnol Rodríguez, Jefe Provincial de Propaganda del Movimiento, José Mederos Mestre, Jefe Nacional de las Comunicaciones Radiotelegráficas por claves y quien suscribe este artículo, con funciones específicas.
En La Habana, además de los múltiples arrestos producidos por los cuerpos represivos, estos cometieron treinta y tres asesinatos. Marcelo Salado, Jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento resultó baleado en el garaje de calle 25 y G, en el Vedado, cuando salió a chequear las acciones que se realizaban. Wilfredo Rodríguez sería detenido en horas de la tarde junto a Vicente Ponce Carrasco y después de intensos interrogatorios y golpes serían remitidos al Castillo del Príncipe.
Todo el país fue escenario de grandes heroicidades. Las acciones llevadas a cabo en Sagua la Grande serán recordadas siempre por la resistencia y el valor demostrado por los revolucionarios que llegaron a ocupar por muchas horas tan importante ciudad.
En lo que al llano concierne la Huelga General Revolucionaria llevada a cabo hubo de fracasar en todo el país, lo que determinó su análisis crítico y adopción de medidas concretas lo cual se realizó en la reunión nacional del Movimiento 26 de Julio, en Mompié, en la Sierra Maestra, presidida por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
A partir de entonces la Dirección del Movimiento estaría totalmente bajo el mando único del Comandante en Jefe del Ejército Rebelde.
En carta que Fidel enviara a Faustino con fecha 25 de abril de 1958, escribió:
tengo la más firme esperanza de que en menos tiempo de lo que muchos son capaces de imaginar habremos convertido la derrota en victoria”.
