Conmocionado por la muerte del Guerrillero Heroico, que alcanzó una amplia repercusión universal, escribió la primera de ellas: “La era está pariendo un corazón”, cuyo tema se convirtió en un suceso nacional, interpretado por la extraordinaria Omara Portuondo.
«Sólo unos minutos después», según confesó el propio Silvio, nació “Fusil contra Fusil”. Y es que en la anterior le faltaba el nombre y el apellido. Pero el poeta, siempre enemigo de lo demasiado explícito, más que a la persona, mencionó su decisión irrevocable: …»a los fusiles de los opresores tenían responder los fusiles de los oprimidos».
“América, te hablo de Ernesto” se le apareció en 1972, mientras que “Un hombre se levanta” fue el tema de una popular serie de televisión inspirada en la guerrilla urbana del Uruguay, y que Sara González convirtió, también, en acontecimiento musical en su momento.
Hija de América, la canción “La oveja negra” es un clamor por la identidad continental, donde recrea los ritmos de la música andina y del cono sur.
Dijo #Che Guevara, y cantó Silvio Rodrigiuez después: En el imperio mañoso nunca se puede confiar pic.twitter.com/fSPWcVBx2g
— Patricio Montesinos (@Montesinos2010) 17 de mayo de 2015
El amor y nunca la violencia identifican a Guevara en “Tonada del albedrío”. En ella el poeta-trovador desmiente a los que quieren estigmatizar al revolucionario como hombre violento. «Y es que la violencia a ultranza no hubiera congregado tanto mundo dispar, como hace el Che; esto sólo es posible bajo la divisa del amor».
Para conmemorar el XX aniversario de la caída del guerrillero estrenó “Hombre”, en 1987: «Hombre y amigo, aún queda para estar contigo, hombre sin templo, desciende a mi ciudad tu ejemplo».
No requiere Silvio de esfuerzo alguno para cantar poemas al guerrillero inmortal, expresión suprema del internacionalismo, la solidaridad y el altruismo. Todo él: himno y elegía.