por El periodista Ciro Bianchi, en artículo sobre el Guerrillero Heroico, nos lo presenta vivo, aguerrido y guerrillero, y el poeta Roberto Fernández Retamar aludía a “ese agresivo y pudoroso humor argentino que le sobrevivía en el fondo de un idioma ya muy limado de rioplateñismos”.
Un humor frío y seco del que a veces el propio Che se hacía la primera víctima, como diría en 1967 el periodista argentino Rodolfo Walsh, quien alternó varias veces con él en la redacción de Prensa Latina.
Luminoso camino de libertador
Ernesto Guevara de La Cerna era un hombre de espíritu indoblegable, dispuesto a entregar su vida por la liberación de cualquiera de los países que integran el continente, como él mismo dijo: “Sin pedir nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie”.
Cumplió esa promesa y fue a Bolivia. Como antes lo hizo en Cuba, tras conocer en México a Fidel y enrolarse en la expedición del Granma. Pronto comenzarían los preparativos y entrenamientos para la liberación de Cuba, y el Che, junto a otros expedicionarios, partió a enfrentar su luminoso destino de libertador.
En la Sierra Maestra, iniciando el camino de lucha, estaba él como médico y combatiente.
Y en 1958, rememorando la épica invasión del 95, partió con su columna “Ciro Redondo” hasta dominar Santa Clara.
Nos dejó su ejemplo
El tránsito del Che por la tierra no fue fugaz, sino página eterna, semilla generosa y fecunda. Ciudadano de Latinoamérica, cayó en la zona de La Higuera, en Valle Grande, el 8 de octubre de 1967.
En unión de otros héroes, se enfrentó a un combate desigual donde fue herido y posteriormente asesinado. En un esfuerzo por impedir que su tumba fuera considerada como símbolo por los revolucionarios del mundo, el régimen boliviano dispersó sus restos, sin comprender que sus ideas, su ejemplo de internacionalista único, vivirán eternamente.
Como dijera Fidel en la Velada Solemne por su caída en la Quebrada del Yuro: “nos dejó su pensamiento revolucionario, sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo; en una palabra, su ejemplo”.