Derechos humanos, un mundo mejor es posible

Y es por eso que cada diez de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos. Pero… ¿Conoce cuáles son? ¿Serán los mismos para todos? ¿Cada Estados se preocupa y ocupa de los derechos de sus ciudadanos? ¿Qué hace cada quien a favor de los derechos de los demás?

Los derechos se definen como universales e indivisibles, porque reconocen a todos los seres humanos sin exclusión alguna.

También suponen una obligación para los Estados de velar por su respeto y luchar, activamente, por protegerlos e impedir cualquier abuso, pues son una garantía para la igualdad y la no discriminación: todo ser humano nace libre y en igualdad en cuanto a dignidad y a derechos se refiere.

Cada persona tiene derecho a la vida y a ser tratado por igual con independencia de su riqueza, de su poder, sexo, condición social o religiosa, nacionalidad o lugar de residencia, del color de su piel, idioma o cualquier otra condición que pudiera ser excluyente a la libertad de pensamiento y conciencia, derecho al trabajo y a la educación. Nadie debe estar sometido a esclavitud ni a servidumbre, tampoco a la tortura.

¿Se cumplen esos y otros derechos en todas las partes del mundo? Las noticias en prensa, radio, televisión e internet -cargadas de violaciones de los derechos humanos, degradación del medio ambiente, insolidaridad, injusticias-, presentan un panorama que puede provocar la desconfianza en la capacidad del ser humano para promover el cambio y para demostrar que la realidad no siempre corresponde con la pretensión de mejorar la vida de las personas.

Una de las causas de la vulneración de los derechos universales son los conflictos armados causantes de miles y miles de muertos en todo el planeta, los millones de desplazados de un país a otro, incluso de un continente a otro, en busca de seguridad, de dejar atrás el hambre, las enfermedades y otras secuelas.

Desdichadamente, los más vulnerable siguen siendo los niños y las niñas, centenares de menores de 18 años son arrastrados a la guerra y se convierten en soldados a la fuerza.

A quienes también en tiempo de paz se le violan sus más elementales derechos de la niñez a la educación, la recreación y los juegos, con trabajos forzados que llegan a convertirse en una esclavitud moderna cargada de abusos sexuales, físicos, psicológicos y mentales.

Es momento de tener presente que poder disfrutar de los derechos está unido al respeto por mantener y preservar la autonomía de los demás.

Un ejemplo lo es Cuba, que ha sabido demostrar que la solidaridad existe y crece para la prosperidad, no solo de su pueblo sino también para decenas de países de América Latina y de otros continentes.

Los derechos humanos están garantizados para los habitantes de esta Isla, pequeña y bloqueada por el imperialismo, los cuales están indisolublemente unidos al respeto que muestran por defender y salvaguardar el bienestar de los demás pueblos; de ahí la labor de miles de médicos internacionalistas, maestros, constructores, entrenadores, los intercambios científicos, culturales y deportivos, que a su vez contribuyen a patentizar las palabras del máximo líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, cuando sentenció: Un mundo mejor es posible. ASÍ PENSAMOS.

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