Enseñanzas de la semana que termina, en lucha contra la COVID19

Como elemento significativo en la semana que está a punto de culminar, se menciona el incremento de eventos de transmisión abiertos, por ejemplo tres en la capital en los municipios de Boyeros, Diez de Octubre y Arroyo Naranjo este último con una situación epidemiológica compleja y en espiral creciente en sus controles de foco, para totalizar 17 en el país.

Y como si fuera poco, se mantuvo la misma tendencia en el número de pacientes críticos y graves, a lo cual hubo que lamentar nuevos fallecimientos.

Ante este escenario complejo, se suma la situación en el municipio de San Cristóbal en Artemisa, con un evento abierto y medidas de restricción en varias manzanas de la localidad de Los Pinos, y los nuevos casos positivos que comienzan a ser recurrrentes en Ciego de Avila en varias localidades.

Primero pensar cada caso como si fuera COVID-19, y comenzar a utilizar los protocolos de forma anticipada para ganar tiempo, aunque la sintomatología no se corresponda exactamente con la enfermedad, es la filosofía una vez más ratificada durante la semana en el tratamiento de los pacientes, y especialmente durante los controles de focos y las pesquisas en los barrios.

A estas alturas, y con la experiencia acumulada en el país, donde la enfermedad se ataca por todos los frentes, la combinación de las acciones de las instituciones sanitarias, el incremento de la percepción de riesgo de la población, y la rapidez con que se actúa ante cada cada posibilitará no solo detectar a tiempo cualquier posible contagio, sino que además no llegue a los estados de crítico o grave.

Desde este análisis se sostuvo el intercambio de inicios de semana con los Intendentes de la Habana, con la premisa de aplicar medidas de cuarentena en los sitios donde se mantengan controles de focos.

El decano de la Facultad de Matemática y Cibernética de la Universidad de La Habana, Doctor Raúl Guinovart, recalcaba que un caso positivo que podamos evitar hoy, representa cientos de casos que podremos evitar mañana. Y es una realidad, a partir de lo que genera cada persona positiva al SARS-CoV-2 con los contactos directos y los contactos de los contactos, y el alto número de personas asintomáticas que se mueve entre las edades de los 20 a 59 años, los principales transmisores de la enfermedad, según datos estadísticos de las últimas semanas. 

Por eso, también es vital disminuir el número de casos sin fuente de infección demostrada, lo que se traduce en cortar de cuajo la transmisión de la enfermedad en quienes la padecen y no han sido identificados.

Y aunque nuestro país, en relación con el resto del mundo, muestra una situación más favorable y no ha colapsado nuestro sistema de salud a partir de una organización de la fuerza que mantiene máxima vitalidad, todavía existen reservas en lo organizativo a partir de la experiencia acumulada que nos pueden catapultar a rebasar este rebrote, cuyo pico está por debajo del de los meses de abril y mayo, pero se ha hecho más sostenido en el tiempo.

Indiscutiblemente, los resultados que apreciamos en esta semana, no están asociados aún a las medidas de restricción aplicadas en la Habana desde el Primero de Septiembre pasado, algo que podría comenzarse a apreciar quizás en la semana venidera mejorando el balance de egresos hospitalarios frente a los ingresos y el número de casos activos que se han mantenido por encima de los 600.

Con todo lo dicho, el principal antídoto contra la enfermedad continúa siendo el aislamiento social y el respeto al distanciamiento físico, así como la sistematicidad con rigor y disciplina en la práctica de medidas higiénico sanitarias para nuestra propia protección.

Casi de seis meses de enfrentamiento a la COVID-19 dejan una experiencia acumulada en el tratamiento clínico a la enfermedad, su prevención y control que debemos aprovechar y poner en práctica con el mayor rigor posible.

 

 

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