Fidel ante los estudiantes

Desde los primeros meses del 59, el líder cubano acostumbraba visitar sorpresivamente la Universidad para dialogar de modo informal con los estudiantes. Pero aquel día parecía que el sobrecogimiento del solemne recinto y el atento silencio del auditorio compulsaban al orador a una trascendente intimidad.

Aquel día de noviembre del 2005, Fidel reiteraba una conducta establecida por su quehacer: al pueblo, y sobre todo a los jóvenes, no se les puede mentir.

En su discurso se manifestaron los temas que venían preocupándole en los últimos tiempos: la posibilidad de que la especie humana desaparezca y la preservación del socialismo.

Insistió en la importancia de la conciencia, su fe en los valores morales de los individuos, los beneficios de recurrir una y otra vez a la Historia, la necesidad de la crítica y la autocrítica.

Fidel pareció ensombrecerse de indignación cuando expresó con energía: “Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse […] nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra”. Esa alerta tiene que ser clarinada cotidiana para todos los cubanos.

 

 

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