La frontera infranqueable de Boquerones

De inmediato se comunica con el equipo de Higiene y Epidemiología, estos se movilizan rápidamente y comenzó a ejecutarse el protocolo para aislar personas, controlar foco, sin pérdida de tiempo y con mucha responsabilidad.

Cerrar y blindar las fronteras de Boquerones, separado a escasos dos kilómetros del poblado cabecera municipal, fue también una acción rápida e imprescindible. Ya el lugar quedaba declarado como zona restringida por la COVID-19.

En lo adelante solo el personal que estrictamente prestaría algún servicio a los pobladores de la comunidad y médicos, personal de enfermería y otros trabajadores de la salud alistados para estas emergencias accederían al barrio, después de cumplir con los rigores de las medidas higiénico sanitarias.

Los escasos vehículos autorizados a cruzar el límite, Boquerones adentro, son fumigados con soluciones desinfectantes. Los mensajeros que prestan servicios a los pobladores también se someten al rigor de la desinfección.

Los servicios de suministros de alimentos, agua, y otros recursos para esta comunidad, subieron a prioridad vital. Y entonces Boquerones comenzó a vivir su otra historia, donde no falta la solidaridad y el desprendimiento de sus campesinos, con donativos de alimentos para cubrir necesidades elementales.

Esa que lleva una carga imprescindible de disciplina, responsabilidad, de pobladores y de todos los que de una u otra forma le cierran allí el paso a la pandemia.

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