La vocación humanista de la Revolución Cubana

La asistencia salvaguarda a los ancianos sin recursos, ni amparo. También a las personas no aptas para trabajar y sin familiares en condiciones de prestar ayuda, o a otros ciudadanos que así lo requieran.

Con el fin de determinar esa necesidad de protección se debe demostrar la incapacidad de los miembros del núcleo familiar para incorporarse al empleo por razones de salud, o discapacidad, o que existen insuficientes ingresos para asumir el pago de los servicios básicos, ante la ausencia de familiares.

Y es que la asistencia tiene un carácter temporal, no así la seguridad social, un derecho concebido por la ley a partir del tiempo trabajado. 

Nadie queda a su suerte

Como parte de la actualización del modelo económico se ha previsto la eliminación, de forma gradual, de subsidios y gratuidades indebidas. 

En un nuevo escenario se mantendrán las prestaciones de la asistencia social con que hoy contamos para quienes la requieran, adelanta Belkis Delgado.

La directora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social explica que se beneficia a las personas con prestaciones monetarias, servicios, y recursos.

Por ejemplo, se asume el pago del consumo eléctrico de pacientes con padecimientos crónicos, que por su enfermedad requieren de equipos de climatización para mantener su vitalidad en el domicilio.

También, la asistencia social respalda a madres con hijos con discapacidad severa, así como a adultos mayores con esa dolencia y que demanden cuidados dentro del hogar.

Principio justo

En todas las circunstancias se han mantenido las prestaciones y servicios de la asistencia social, siempre dirigidos a núcleos vulnerables, afirma Belkis Delgado, directora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

En el futuro, aun con la eliminación de subsidios, habrá una mejora en las pensiones y los salarios, pero pueden aparecer nuevos grupos vulnerables.

También puede ser que quienes hoy tengan esa condición dejarán de serlo, SI progresa la situación económica del núcleo familiar.

Lo cierto es que nadie en Cuba queda a su suerte, incluso quien no está protegido por la seguridad social, porque nunca tuvo vínculo laboral y ahora está en una situación de desventaja al ser un adulto mayor, de igual manera mantendrá la protección de la asistencia social. 

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