Los salarios, la inflación y la responsabilidad empresarial

Ahora, por una decisión gubernamental, en ese sector se ha eliminado la obligatoriedad de aplicar la escala salarial. También se borró el límite a la distribución de utilidades y se implementa una parte fija asociada a la escala salarial y otra móvil que tiene que ver con los resultados o el destajo.

Esas decisiones buscan, además de beneficiar a los trabajadores, poner a las entidades del estado en igualdad de condiciones con las que operan en el sector privado o cooperativo.

Son medidas que apuntan al aumento de la productividad y la eficiencia y que tienen un reflejo directo en los bolsillos de los trabajadores, que pueden ganar más, cuando más hacen.

Hacer más

Las nuevas medidas gubernamentales sobre el salario no pueden llevar a pensar que los trabajadores de las empresas estatales ganarán más haciendo lo mismo. Y mucho menos que sus salarios engordarán a costa del incremento de los precios de los bienes que producen y venden.

El salario tiene que tener un respaldo productivo e incluso una disminución de los costos, y bajo ningún concepto puede ser un falso premio, que haga crecer la masa monetaria en circulación.

La inflación que nos agobia y que vacía nuestros bolsillos no puede ser el destino final de ese aumento salarial. Esa es una responsabilidad de los empresarios y de los sindicatos para evitar que la medida se adultere y sus efectos sean contrarios a lo esperado.

Hay que producir más para ganar más y ofrecer más bienes al mercado interno. Solo así la inflación será un mal recuerdo.

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