Lucha antivectorial, una prioridad de todos

Cuantiosos son los recursos que el Sistema de Salud y el Estado ponen en función de esta batalla y abundante es la información que se difunde por toda nuestra prensa, pero sucede que todavía se adolece de una cultura de lucha antivectorial.

Y ello lo motiva una baja percepción del peligro al que estamos expuestos. En primer lugar, por ser una Isla en que las actuales características climáticas son de riesgo, como calor, humedad, lluvias y la temporada ciclónica.

En segundo lugar, Cuba se ubica en una región geográfica donde proliferan muchas enfermedades, entre ellas las trasmitidas por el mosquito del género Aedes, como dengue, chikungunya y zika.

La lucha antivectorial precisa de la participación de toda la población, para que la batalla contra el Aedes Aegypti sea duradera y tenga los resultados que se buscan: poner fin a la existencia del vector.
Cuba tiene fortalezas que permiten sostener acciones interactivas, como la organización del pueblo en los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, las delegaciones del Poder Popular en circunscripciones, la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos, y las administraciones de todos los centros laborales.

Cada ciudadano y la comunidad en su conjunto tienen la responsabilidad de identificar los problemas de su entorno, proponer soluciones y participar en las acciones para eliminar los criaderos de mosquitos.

El control sanitario del medio garantizará no solo la higiene del entorno y un ambiente sano, sino también la salud de su familia y la sociedad.

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