Todos por la no violencia hacia a la mujer (+Audio)

Se dice que dos de cada tres mujeres en el mundo sufren violencia en algún momento de su vida; y no me refiero solo a la violencia física o sexual, que es la más reconocida y la que más se evidencia a simple vista. También sufrimos la violencia psicológica, económica, espiritual, simbólica, social.

Algunas personas, principalmente los hombres, refieren que el tema más abordado es la violencia hacia las mujeres, y no la que se ejerce sobre ellos.

Esta última manifestación de violencia es común en las sociedades contemporáneas, y afecta la salud y bienestar de la víctima y las personas que lo rodean, un mal que sin duda alguna debemos erradicar; sin embargo, la violencia hacia las mujeres, adolescentes y niñas es la forma de discriminación y la violación más frecuente y extendida de los derechos humanos, advierte la Organización de las Naciones Unidas. Así lo demuestran las estadísticas e investigaciones realizadas en diferentes países y organismos internacionales.

El 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, jornada que se extiende hasta el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos; una ocasión propicia para intensificar las acciones y visibilizar el problema en toda la sociedad.

Desde pequeñas, por lo general, se nos impone normas y conductas propias de las sociedades patriarcales, donde prima el machismo; a su vez, esa crianza y aprendizaje es reforzado por la cultura y el contexto que nos rodea.

Los infantes reproducen las actitudes y acciones que escuchan u observan; luego en sus juegos o relaciones con otros menores priman, por ejemplo, los regaños, castigos, incluso golpes.

Asimismo, podemos referirnos al polémico piropo: para algunas personas una forma graciosa de halagar, de galantería, a veces un comentario bonito e ingenioso que se agradece; pero en ocasiones los halagos se convierten en groserías. Un tema complicado, pero situaciones muy recurrentes en nuestras calles.

Igualmente, influyen elementos como la manera de vestir, de comunicarte con los demás, incluso la apariencia física; a los ojos de esta sociedad patriarcal en la que vivimos, las mujeres siempre debemos evitar que nuestro comportamiento suscite la lujuria de los hombres, y así estaríamos más protegidas.

¿Será?. Con estas ideas nos cohíben de nuestra libertad, nuestros derechos, y aún así, continuamos siendo víctimas del machismo, de la inequidad histórica entre hombres y mujeres.

En el ámbito privado, en el hogar, que debería ser el lugar de refugio y bienestar de toda persona, también se manifiesta esta inequidad de género, la violencia entre parejas, intrafamiliar.

Según estadísticas del Banco Mundial, las mujeres entre 15 y 44 años de edad corren mayor riesgo de ser violadas o maltratadas en casa, que de sufrir cáncer, accidentes de vehículos, guerra y malaria.

Las mujeres que interiorizaron a lo largo de su vida un modelo de relación basado en la subordinación en el hogar, es muy probable que asuman estos roles y no puedan identificar que son víctimas de situaciones violentas.

La violencia contra las mujeres y las niñas se ejerce independientemente de la situación socioeconómica, el color de la piel, el nivel educacional, del agresor y la mujer agredida.

En no pocos casos, la violencia se ejerce por la pareja estable y en el propio hogar; muchas veces, paralizadas por el miedo, la dependencia económica o la necesidad de proteger a hijas e hijos, ellas tardan en denunciar; o como suele suceder, retiran las denuncias.

Si justificamos al agresor, culpamos a la víctima o vemos la agresión como un asunto privado, somos cómplices de la violencia contra las mujeres por motivo de género.

Es nuestro deber decir NO a la violencia, desde cada uno de nuestros espacios, con las herramientas y posibilidades que tenemos a nuestro alcance… Eduquemos a nuestras niñas y niños en un ambiente seguro, diverso, equitativo… tú ayuda es importante, no solo el 25 de noviembre, o en la jornada por la no violencia hacia las mujeres y las niñas… A cada minuto debemos decir Basta, Ni Una Más.

Escuche el comentario en audio realizado por la periodista Rosmerys Bernal, de Radio Rebelde:

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