Cuenta en su plataforma digital Europa Press y ampliamente difundida en las redes sociales, que André Bauma, un cuidador del centro Senkweke, es quien se encargó de Ndakasi y Ndeze, que son los nombres de las dos gorilas.
A lo largo de estos años, la relación que se ha formado entre Bauma y los referidos animales ha sido de mucho contacto. Tanto, que ellas lo consideran como el macho alfa de su pequeña manada, formada también por otro gorila macho.
En una visita reciente a Senkweke, el fotógrafo británico James Gifford pudo ser testigo directo de ese maravilloso vínculo entre seres de distinta especie y no dudó en inmortalizarlo con su cámara fotográfica.
En una de las fotografías, Gifford captó la esencia de esta bonita relación cuando una de las gorilas cogió a André para abrazarlo. La fotografía la compartió en su perfil de Instagram y se ha convertido en tendencia.
Los gorilas de montaña son una especie en peligro de extinción y «ver la relación que se ha forjado entre ellos fue una experiencia humilde y un recordatorio de cuánto necesita esta especie de nuestra parte para poder sobrevivir», reflexionaba Gifford al final del post.