La muerte de Juan Gabriel en las redes sociales

Mediante estas plataformas la tan buscada primicia sale en forma inmediata y se replica de manera instantánea, a través de shares y retuits, a lo largo de todo el mundo, con una velocidad mucho mayor de la que pueden viajar los cables de las agencias de noticias.

Un reflejo de esto fue la muerte del cantautor mexicano Juan Gabriel, que fue informada primeramente por los periodistas mexicanos Joaquín López Doriga y Mara Castañeda, a través de sus cuentas personales de Twitter.

En segundos, la primicia había alcanzado miles de retuits, llegando a Estados Unidos, Europa, América Latina y a cada rincón del planeta.

Luego de la confirmación, ya que las publicaciones apócrifas y falsas han quitado fiabilidad y confianza en la información que se brinda en este tipo de plataformas, los grandes medios levantaron la noticia.

El triste deceso se hizo eco en los colegas del artista, en sus seguidores y en los seguidores de los medios que quizás sólo conocían el hit más popular de «El Divo de Juárez».

Las réplicas del temblor de una noticia anunciada por Twitter, también se dieron en las redes sociales. Las reacciones más primitivas se limitaron a una sola pregunta: «¿Es cierto?».

Ya constatada toda la información, incluso mediante un comunicado del representante de Juan Gabriel, miles de usuarios comenzaron a rendir tributo al cantante y compositor, también a través de las redes.

Su nombre se ubicó rápidamente en el primer lugar de la lista de tendencias mundiales, rozando el millón de tuits.

Tras varias horas de liderazgo, pasó al segundo lugar, con el comienzo de los MTV Video Music Awards, pero las muestras de dolor por su partida seguían aumentando.

Videos con sus canciones en Facebook, fragmentos de sus letras en Twitter, fotos de sus conciertos en Instagram, pésames cibernéticos, flores virtuales depositadas en lápidas del mismo calibre.

Incluso, el presidente Enrique Peña Nieto lamentó el fallecimiento de Juan Gabriel a través de su cuenta personal de Twitter.

Editor: Conrado Vives Anias.

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