Ocho nuevas enfermedades derivadas del mal uso de las redes sociales

Las nuevas tecnologías y las redes sociales nos han abierto un abanico infinito de posibilidades, aunque también han propiciado la aparición de nuevos trastornos psicológicos relacionados con su mal uso, más conocidos como tecnopatologías.

¿Quién no conoce a alguien que no puede dejar de mirar la pantalla del móvil durante una cena con amigos?¿ Y aquel que no puede evitar consultar cualquier duda en Google? Atención porque el listado de enfermedades 2.0 es largo y quizás te sientas identificado con más de una:

– Nomofobia

El propio término habla por sí mismo: «no-móvil-fobia». Se refiere a esos momentos en los que, al no tener el móvil con nosotros, sentimos que nos hace falta algo y esto nos produce una terrible ansiedad. Seguro que más de uno lo ha experimentado.

– El síndrome de la llamada imaginaria

Todos hemos tenido alguna vez la alucinación de que nuestro móvil vibraba o sonaba cuando no lo hacía. La explicación es que nuestro cerebro ha empezado a asociar al teléfono móvil cualquier impulso que recibe, especialmente si estamos estresados.

– Apnea de Whatsapp

¿Has visto que tu amiga esta en línea y aun así no te contesta?¿Te asaltan las dudas porque esa persona especial lleva sin conectarse desde hace varias horas? Estos comportamientos son característicos de la apnea del Whatsapp, un trastorno que sufren aquellas personas que miran compulsivamente sus aplicaciones de mensajería, incluso sin que se haya recibido ningún mensaje. Esto además lleva a la interpretación de los mensajes o la información que se puede obtener de ellos.

– Síndrome F.O.M.O.

Seguro que en más de una ocasión has visto estas siglas. Hacen referencia a «fear of missing out», que en español significa «miedo a perderse algo», y que podría aplicarse a aquellas situaciones en las que nos asusta la posibilidad de perdernos un evento social o un acontecimiento. En las redes esto se traduciría en una continua conexión al teléfono para estar al tanto de todo y, si no pueden hacerlo, por alguna causa, sufren una gran ansiedad y angustia.

– Depresión ‘del Facebook’

Esta es parecida al anterior. La padecen aquellos usuarios de la red social que se sienten insatisfechos con su número de amigos, por considerarlo reducido, o por no estar a la altura de la popularidad de otros contactos.

– Dependencia de Internet

Se trata de la necesidad enfermiza de estar todo el tiempo conectado a la Red. Puede llegar a afectar seriamente la vida privada y social de los adictos a Internet.

– Cibercondria

La hipocondriasis del siglo XXI. Los que la sufren se convencen de que padecen alguna o varias enfermedades de cuya existencia se han enterado en Internet. El problema es que uno puede empezar a encontrarse realmente mal a causa del efecto nocebo, lo contrario al efecto placebo.

– Efecto Google

Sucede nuestro cerebro se niega a recordar información como consecuencia de la posibilidad de acceder a ella en cualquier momento. ¿Para qué aprender algo de memoria si los buscadores nos permitirán encontrar cualquier dato cuando lo necesitemos? Este trastorno suele provocar en quien lo padece la continua necesidad de buscar todo lo que se le ocurre en Google, convirtiendo el afán de información en una verdadera droga.

 

 

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