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Pareciera que Dante Alighieri vive hoy en nuestros tiempos y se empeña en traernos su célebre Divina Comedia a la actualidad, con todo su horror y, curiosamente, también con muchos payasos de un circo que danzan dentro del fuego como presagiando desgracias, enarbolando una bandera con muchas estrellitas.
Por favor, y que no le parezca tonto lo que he afirmado. Usted, con todo derecho, puede tener dudas, sin embargo, cuando pensamos en el imperio de hoy, nos damos cuenta de verdades muy crueles, del espanto que producen sus acciones dentro y fuera de sus límites terrestres. Allá puede suceder lo más insólito, pero jamás para bien, sino para seguir torturando a la humanidad.
Vea usted un ejemplo. El sistema electoral, único en el mundo, porque en ese país no decide la cantidad de votos del pueblo, sino los llamados “electorales” designados por unos pocos Estados, por supuesto de los más poderosos. Pero no pretendo una fundamentación mayor a lo afirmado, únicamente mencionar algunos apuntes que develan una gran hipocresía y falsedad de las supuestas bondades “democráticas” al estilo yanqui: un llamado candidato independiente, el señor Robert Kennedy, aspira a ser presidente, pero tiene un gran problema en contra: no ser de los tradicionales demócratas y republicanos, lo que supone, con más, menos o ninguna razón que pueda ser una sorpresa indeseada para el sistema imperial. Pero además, no parece, aunque no lo aseguro, que su aspiración esté respaldada por muchos millones de dólares.
Otra cara de la moneda es el binomio Biden/Trump. El primero por su ancianidad, apego a la hipocresía, fidelidad al sistema y burla a promesas pre electorales –recordar que para ganar más votos aseguró que revisaría el caso Cuba-, lo que por supuesto nunca hizo, sino todo lo contrario, apretó más la tuerca y mantuvo las ya conocidas, inmorales e ilegales medidas del bloqueo. El segundo, Trump, produce una sensación de repulsión y asco. Es el mismo tipo de la guapería internacional, de las mentiras, de querer inyectar un desinfectante a las personas como método contra la pandemia de la covid, de las locuras belicosas; el que ahora mismo quiere expulsar del país a estudiantes que, con toda razón protestan por el genocidio que comete Israel; el que se enfrenta a 34 cargos por delitos graves.
Y ahora resulta ¡lo increíble!. Es la última oportunidad de análisis de las partes, donde es posible ser condenado o, sencillamente, absuelto. Claro, lo primero es casi imposible, pero lo segundo no. Y hay algo aún más inaudito: el jurado deberá acordar por unanimidad el veredicto. Si por algún motivo no se obtiene el consenso, el juez del caso tiene que declarar nulo el juicio penal. Y entonces… ¡vaya usted a saber! No os asombréis de nada. En ese país puede suceder de todo, donde un presidente puede ser el que accione una tecla para declarar una catástrofe mundial o un loco millonario e inmoral aferrado al cieno, pretenda dictar al mundo sus ideas cavernícolas.
Es que estos monstruos los pare el sistema. Desde pequeños reciben las ideas más oscuras, en primerísimo lugar el egoísmo, y otras que nacieron para ser dueños del mundo, y por tanto todos los gobiernos y pueblos tienen que regirse por sus órdenes imperiales, so pena de perecer si adoptan la rebeldía. Para estos señores todo resulta fácil: se les sirve como míseros limosneros, o se les castiga con metralla, sanciones o bloqueos. Esto no tiene vuelta de hoja. Es así, y así será…!hasta un día!
“Mejor es vivir abrazado por el sol que ir por el mundo, como una piedra viva, con los brazos cruzados”. José Martí
