El precavido vale doble

Es una decisión largamente esperada que abrirá poco a poco la puerta a una nueva normalidad y los pinchazos serán voluntarios, pero eso no significa que sean innecesarios. La gran mayoría de los cubanos espera con confianza esa inmunización, que no solo nos protegerá ante el nuevo coronavirus, sino que es una verdadera inyección de esperanza de cara al futuro.

Todos deseamos volver a la normalidad, aunque, ya lo ha dicho varias veces el Doctor Durán, eso demorará por lo menos hasta fin de año y habrá que continuar con las medidas de distanciamiento físico y aislamiento social por un buen tiempo.

Mantener las medidas

Cuba probablemente sea el primer país que inmunice a toda su población con vacunas propias. No es alarde, sino la evidencia de una gran labor científica, sustentada por una innegable voluntad política en tiempos de estrechez económica.

La pretensión es que en agosto el 70 por ciento de los cubanos estemos vacunados, aunque el nuevo coronavirus seguirá dando vueltas por estas tierras. Por eso hay que mantener la disciplina, porque mientras unos se vacunan los otros deberán esperar y el peligro de la infección estará tan latente como ahora, cuando cada día cobra una decena de vidas y genera como promedio un millar de nuevos casos.

La higiene, el distanciamiento, y el molesto pero imprescindible nasobuco, nos acompañarán durante mucho tiempo, porque nunca como ahora el precavido vale por dos.

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