A los 94 años de edad murió en Miami, Max Lesnik, uno de los cubanos que más hizo desde Estados Unidos por normalizar las relaciones entre ambos extremos del Estrecho de la Florida.
Lesnik sobrevivió a 11 intentos de atentado con bombas para tratar de silenciar su voz en defensa de Cuba. Nunca se dejó intimidar por terroristas ni odiadores, empeñados en reinstaurar el capitalismo en su país natal.
Nacido en la localidad de Vueltas, actual provincia de Villa Clara, Lesnik emigró en 1961 hacia Estados Unidos, después de haber participado activamente en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Hasta poco antes de su deceso asistió a manifestaciones en Miami contra el bloqueo económico, comercial y financiero que el gobierno estadounidense mantiene y recrudece contra la Isla.
Además, contribuyó a la excarcelación de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos y defendió la integración de América Latina y el Caribe, en coherencia con su vocación martiana.
Max Lesnik dejó también una gran huella en el periodismo militante y comprometido con la verdad de la Revolución Cubana, desde el cual enfrentó las campañas mediáticas de desinformación contra La Habana.
Sus ideas fueron difundidas a través de Radio Miami, la publicación Réplica, su blog Duende y en varios medios de prensa cubanos que también se prestigiaron con sus textos.
Por su labor periodística a favor de la independencia y soberanía cubana, la Unión de Periodistas de Cuba le otorgó su máxima condecoración, la Distinción Félix Elmusa.
Lesnik tuvo el privilegio de ser el único cubano residente en Estados Unidos invitado por el Papa Juan Pablo II a la recepción en la sede diplomática del Vaticano en La Habana en 1998.
En tiempos en que la Casa Blanca arremete contra nuestra Revolución y en Miami se exacerban los grupos anexionistas, el mejor homenaje a Lesnik es preservar la independencia cubana que él, a riesgo de su propia vida, defendió dignamente desde las mismas entrañas del monstruo imperial.
Por: Norland Rosendo González / Tomado de ACN