Solidaridad: componente de la cubanía

La solidaridad es una de las particularidades más evidentes que se denotan en el pensar, decir y hacer de nuestro pueblo. Basta que tenga lugar cualquier hecho que requiera la ayuda de otras personas para que, inmediatamente y sin que nadie lo reclame, acudan multitudes para ofrecer su apoyo desinteresado.

Tenemos incontables ejemplos que prueban el espíritu solidario de los cubanos y las cubanas: hoy exhibimos con sano orgullo los miles de profesionales de la salud y la educación que, esparcidos por el mundo, acuden en defensa de la vida de países; lejanos desde el punto de vista geográfico, pero cerca de nosotros por su condición humana.

Si retrocedemos en el tiempo, podemos recordar los constructores cubanos en Viet Nam, quienes imbuidos de conciencia internacionalista, acudieron allá para colaborar en la reconstrucción postbélica.

Por esas y muchas razones más, la solidaridad es un componente inseparable de la cubanía; es -a la vez sentimiento y actitud- impregnados en nuestro ADN como individuos y como sociedad.

En estos días vuelve a manifestarse en medio del azote del huracán Matthew; la ayuda mutua entre vecinos y poblados que sufrieron el embate, así como la movilización de todas las fuerzas que abarcan desde Maisí hasta San Antonio.

Electricistas, trabajadores de las telecomunicaciones y todo un contingente que asiste a las zonas afectadas. Ellos y ellas son portadores de un mensaje de solidaridad cubana; listos con la logística necesaria, llevan dentro de sí el recurso más valioso y decisivo: su humanidad misma expresada en el sentimiento patriótico capaz de mover a los mayores sacrificios.

El sentimiento solidario de nuestro país vence huracanes, así como desconoce fronteras. Es algo que corre por nuestras venas y nutre cada célula, cada átomo. Por ello no existe equívoco si afirmamos que un sinónimo de cubano es solidario.

 

 

 

 

 

 

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