Obama, los cubanos no olvidamos

Ana María Zanoletti, asistente de redacción de la Radio Cubana, opina que en su discurso Obama alude a los jóvenes como los encargados de producir grandes cambios en el país y a apostar por el desarrollo de negocios privados y una democracia que respete los derechos universales.

“Entonces no puedo dejar de preguntarme, cómo pretende Obama que olvide el pasado, si por más de cinco décadas numerosas generaciones han crecido con carencias y limitaciones, como el Internet, debido al bloqueo y su política hostil. Me pregunto qué intenciones mueven a Obama cuando me aconseja que cambie y aparte de mí un sistema donde cada ciudadano tiene garantizados derechos vitales como la salud y la educación. ¿Será un amigo sincero?

Por su parte, Rosalía Arnáez, presidenta de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), dijo que en su alocución Obama intentó tocar los puntos más sensibles de la sociedad cubana y apeló a temas muy humanos, siempre con segundas intenciones.

“Quizá las personas se dejen entusiasmar pero no se puede olvidar cómo las agresiones a nuestra soberanía han marcado las relaciones entre Estados Unidos y Cuba”, enfatizó en exclusiva para el Portal de la Radio Cubana.

 

Otras voces opinan sobre el discurso de Obama

Por su parte, Alicia Bárcenas, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), reconoció que si bien la visita de Obama a Cuba es un paso positivo en el acercamiento de ambas naciones no expresa la solución de algunas diferencias medulares.

«Yo creo que el viaje del presidente Obama es relevante porque se profundiza el diálogo directo, pero no se resuelve algo fundamental que es el bloqueo. Mientras no se elimine, estamos todavía hablando de buenas intenciones», publicó la agencia Prensa Latina.

Cuba ha estado atenta a las incidencias desde la llegada del mandatario estadounidense el pasado 20 marzo para concluir, sin lugar a dudas, que el presidente no pretende dejar de inmiscuirse en las proyecciones de la mayor de las Antillas.

A pesar de sus marcadas intensiones, Cuba escuchó los criterios del presidente de Estados Unidos. Una vez más comprobó que la nueva política de la Casa Blanca hacia la Isla es fuerte y apuesta por la sugestión y la manipulación como puntales.

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