«Una vez más, Cuba y su pueblo confían en el apoyo de la comunidad internacional en su legítimo reclamo de poner fin al cerco económico, comercial y financiero», señaló en una nota de prensa circulada en Nueva York.
La sede diplomática recordó que la Asamblea ha demandado de manera abrumadora en 24 ocasiones el levantamiento del bloqueo norteamericano, como un acto en sintonía con el respeto al derecho internacional y los principios y propósitos de la Carta de Naciones Unidas.
Desde 1992, el principal órgano deliberativo de la ONU adopta una resolución sobre la necesidad de eliminar las sanciones unilaterales y extraterritoriales aplicadas por 10 administraciones estadounidenses consecutivas, texto que el año pasado recibió 191 de los 193 votos posibles (solo se opusieron Estados Unidos e Israel).
Este miércoles, la Asamblea General analizará una nueva iniciativa, similar a la aprobada en todos estos años, aunque con la diferencia que reconoce los pasos dados por el presidente Barack Obama para modificar el bloqueo, los cuales Cuba califica de insuficientes, porque la medida sigue vigente.
En ese sentido, la Misión Permanente de la mayor de las Antillas denunció la continuidad del cerco extendido por más de medio siglo, pese al acercamiento bilateral, que llevó en 2015 a la reanudación de relaciones diplomáticas y a la firma, en los últimos meses, de más de una decena de acuerdos en áreas de interés mutuo.
De acuerdo con la representación cubana, se trata del más injusto, severo y prolongado sistema de sanciones unilaterales jamás aplicado a país alguno.
El bloqueo económico, comercial y financiero mantiene un profundo impacto en el pueblo de la nación antillana, limitando su derecho al desarrollo, subrayó.
Al respecto, advirtió sobre la persecución financiera de Estados Unidos a Cuba, traducida en millonarias multas a entidades bancarias por realizar operaciones con la nación caribeña.
La intimidación generada con esta actuación del gobierno norteamericano conduce a que bancos extranjeros eviten hacer negocios con la isla, mientras en los estadounidenses persista el temor, pese a la autorización por la Casa Blanca a utilizar el dólar estadounidense en las transacciones cubanas, precisó.