Así expresó José Antonio Valeriano Fariñas, Primer Secretario del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Artemisa, al intervenir en la conmemoración por el aniversario 61 del glorioso asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de Julio de 1953.
“Nos encontramos – dijo- en el sitio más sagrado de esta joven provincia, el Mausoleo a los Mártires de Artemisa, donde reposan los restos de nuestros moncadistas, erigido como símbolo de homenaje, respeto e identidad, al cual nuestro Ramiro calificó hace 29 años como un centinela vigilante que nos recuerda siempre que la Revolución es un relevo de hombres y de generaciones”.
En sus palabras en el acto, presidido por el Primer Secretario del Comité Central del Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz, Valeriano Fariñas evocó parte de la historia de Artemisa, cuna no solo de un impetuoso grupo de jóvenes de la Generación del Centenario, sino también tierra natal de prominentes figuras de la vida política y cultural del país como Rubén Martínez Villena, Carlos Baliño, Cirilo Villaverde, María Teresa Vera, entre otros.
Destacó los positivos resultados del territorio en la economía, con avances en los nuevos modelos de gestión que promueve el país, como parte de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aprobados en el VI Congreso del PCC.
“Han sido de gran aceptación las nuevas formas de trabajo no estatal: en el 2010 eran 37 mil 800 trabajadores, y hoy son más de 59 mil; las 68 cooperativas no agropecuarias aprobadas por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y el arrendamiento de 234 locales son cambios en los cuales la provincia es pionera en el país”, aseguró.
Significó cómo la bahía de aguas profundas del Mariel “comienza a adueñarse de un ajetreo de buques, embarques y desembarques que abren las puertas a la sostenibilidad comercial en Cuba. La Zona Especial de Desarrollo (ZED) además de emplear a mil 500 artemiseños en su primera etapa, es un ejemplo de control, exigencia y disciplina, que conducen a la eficiencia de la calidad inversionista”.