Apoya Cuba esfuerzos globales para reducir muertes infantiles

En la sede de la ONU en Nueva York, la embajadora cubana Ana Silvia Rodríguez destacó que al cierre de 2017 la mayor de las Antillas reportó una tasa de mortalidad infantil de 4,1 por cada mil nacidos vivos, la más baja de su historia.

Pero las estadísticas de Unicef a nivel global arrojan que las muertes de bebés recién nacidos resultan alarmantemente altas, sobre todo en los países de mayor pobreza.

Según un nuevo informe elaborado por esa organización, ocho de cada 10 lugares más peligrosos para nacer se encuentran en África subsahariana, donde las mujeres embarazadas reciben muy poca asistencia médica debido a la pobreza, los conflicto y una débil respuesta institucional.

Los recién nacidos en Pakistán, República Centroafricana y Afganistán enfrentan las peores probabilidades, en tanto los bebés en Japón, Islandia y Singapur tienen la mejor oportunidad de sobrevivir, indica la agencia especializada de Naciones Unidas.

«Si para 2030 cada país lograra llevar su tasa de mortalidad infantil al promedio que poseen los de altos ingresos, se podrían salvar 16 millones de vidas en todo el orbe», advierte la entidad.

En la actualidad, Unicef alienta a las demás agencias de la ONU y a los socios internacionales a comprometerse aún más en los programas dirigidos a reducir la mortalidad infantil.

También reconoce los esfuerzos de Cuba, uno de los países que más progresos sostenidos ha realizado respecto a la supervivencia y desarrollo de los niños.

Unicef impulsa acciones conjuntas como parte del programa materno infantil del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), de la isla caribeña.

Fuente: Prensa Latina / Editor: Conrado Vives Anias

 

 

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