Un seguimiento de esas actividades ilícitas desde el pasado año permitió el allanamiento de inmuebles, uno de ellos en esta capital utlizado como laboratorio de falsificación de cédulas para extranjeros residentes, licencias de conducción y tarjetas de créditos. En ese operativo se ocuparon documentos falsos y medios técnicos para esa labor delictiva.
Desmantelan red de tráfico ilegal de migrantes y documentos falsos
David Mendoza, fiscal contra la Delincuencia Organizada, informó a periodistas del resultado de los allanamientos en cinco provincias, los cuales permitieron detectar a 19 extranjeros ilegales que la red ingresó clandestinamente al país desde Colombia por la selva de Darién con la intención de trasladarlos a la frontera con Costa Rica.
Darién (oriente), Chiriquí (occidente), Panamá Este, Panamá Oeste y el centro de la capital fueron los lugares del operativo que se inició desde la madrugada de ayer, y permitió detectar a los ilegales que se encontraban en hoteles y residencias en diversos lugares del territorio nacional, según la fuente.
Igualmente detuvieron a tres personas que presuntamente forman parte de una organización criminal de tráfico de personas, entre ellas la supuesta líder, una ciudadana colombiana nacionalizada panameña, quien utilizaba las trochas en la inhóspita jungla compartida con Colombia para infiltrarlos en Panamá luego llevarlos hasta el otro extremo del país.
El delito de trata de personas tiene distintas variantes, como la esclavitud laboral, el tráfico de órganos, el tráfico de migrantes y la explotación sexual, recordó el fiscal, quien aseguró que la ley impone hasta 20 años de cárcel por estos delitos, entre los cuales la explotación con fines sexuales es el más común.
A medida que se elevan visiblemente las ganancias generadas por el tráfico humano, los grupos criminales que operan a lo largo de las rutas migratorias se transforman en actores clave y lo convierten en uno de sus negocios más lucrativos.
Un estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señaló que a Panamá llegan migrantes de Europa oriental y Suramérica, como parte del flujo de niñas y mujeres, principalmente destinadas a la esclavitud sexual por los clanes delincuenciales.
Este escenario que aún es más crudo en el llamado triángulo de Centroamérica, integrado por El Salvador, Honduras y Guatemala, al cual también se agregan las redes que actúan en Nicaragua.