«Fidel es el discípulo mayor de José Martí, el líder invicto, vencedor en la Sierra Maestra, en Girón, en el periodo especial de la década de 1990, cuando ni los más cercanos amigos sentían optimismo por la Revolución cubana tras la caída de la Unión Soviética y la desintegración del campo socialista», afirmó el encargado de Negocios de la misión diplomática de Cuba en el gigante sudamericano, Rolando Gómez.
Evocó sus diálogos con el Comandante en Jefe cuando fungió como embajador en Haití en días de la segunda asonada golpista de Estados Unidos contra Jean Beltrán Aristide y la intervención militar en febrero de 2004.
Remarcó que Fidel «nos guió en la obtención de nuestra verdadera independencia y en el duro batallar por preservarla… Sus valores y principios, como la solidaridad, el humanismo, el internacionalismo, son patrimonio sagrado de nuestro pueblo revolucionario».
A inicios del emotivo acto, al que asistieron políticos brasileños, diplomáticos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Siria, representantes de movimientos solidarios y cubanos residentes, Alexander Conceicao, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), también dijo que «hablar de Fidel es hablar de Revolución, de proyectos, de libertad…’ y lo calificó de gigante que está presente ‘en la lucha histórica de nuestros pueblos».
Después de la exhibición del documental «Desafío», del realizador cubano Roberto Chile, hubo entregas al embajador Gómez de notas del Grupo Parlamentario de Amistad con Cuba, del Comité General Abreu y Lima, y del Partido Refundación Comunista, de repudio a acciones del gobierno brasileño contra los médicos de la isla, al injusto bloqueo de Estados Unidos y elogios a la solidaridad.