A debate la unión de hecho en el nuevo Código de la Familia

A juzgar por las estadísticas, la unión de hecho es hoy uno de los modelos familiares más comunes, y no solo en el entorno cubano. En el país, según el Informe del Censo Nacional de Población y Vivienda realizado en 2012, del total de personas que declararon mantener una pareja estable, el 52 por ciento manifestó estar casado y el 48 por ciento unido.

El doctor Leonardo Pérez Gallardo, presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia de la Unión Nacional de Juristas de Cuba explicó al periódico Granma que la Constitución cubana de 2019 rompió con una larga tradición que databa desde la carta magna de 1940 de intentar equiparar la unión de hecho al matrimonio.

El especialista aclaró que el nuevo texto constitucional dejó sentado que el matrimonio no es el único hecho fundante de las relaciones familiares y abrió la posibilidad a las personas de elegir el modelo familiar que se ajusta a su proyecto de vida, o simplemente de no constituir una nueva familia.

La Carta Magna, reitera, deja claro que si bien en el matrimonio será la Ley la que establezca las reglas sobre su constitución y sus efectos, en la unión de hecho determinará qué tipo, sobre qué base se generarán los derechos y obligaciones y cuáles serán estos.

Matrimonio y unión de hecho, resume el doctor Leonardo Pérez Gallardo, son situaciones sustancialmente distintas. «El trato diferenciado, por tanto, objetivamente fundado, es coherente con el principio de igualdad, que busca la igualdad de trato entre iguales y no de lo que es diferente».

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