Cuba entre los países con más baja mortalidad infantil en el mundo

Cifras ofrecidas por la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas de Salud, publicadas por el periódico Granma, indican que en 2019 nacieron en la isla 109 mil 707 niños, seis mil 626 menos que en el año anterior, con un índice de mortalidad que también la ubica entre los primeros puestos en la región.

De acuerdo con la doctora Noemí Causa Palma, directora de Atención Médica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), entre las causas que incidieron en esos resultados estuvieron las complicaciones asociadas al nacimiento prematuro y el retardo en el crecimiento intrauterino.

Comentó, además, que a pesar de las acciones que conforman los programas de atención a la embarazada y al recién nacido y de las medidas adicionales adoptadas, no se logró aminorar su impacto en la mortalidad del menor de un año.

No obstante, destacó la especialista que por tercer año consecutivo se mantuvo en 0,8 fallecidos por mil nacidos vivos la tasa de mortalidad infantil por malformaciones congénitas, aspecto en el cual las provincias de Cienfuegos, Sancti Spíritus y el municipio especial Isla de la Juventud cerraron el año sin defunciones por esa causa.

En el año que concluyó ese indicador fue el mejor en la región de las Américas, gracias al resultado de los servicios de genética comunitaria, el desarrollo de la red nacional de genética médica y el programa nacional de prevención de defectos congénitos y enfermedades genéticas.

Durante 2019 tampoco se reportaron muertes maternas por hemorragia posparto, un problema persistente en los países en vías de desarrollo y un logro en Cuba, fruto del trabajo multidisciplinario desarrollado en los últimos tres años.

Sobresalió también que la supervivencia infantil en el menor de cinco años de vida es del 99,3 por ciento, indicador que supera el 99 por ciento desde hace dos décadas.

Por primera vez fueron concebidos más de 200 embarazos con técnicas avanzadas de reproducción asistida, mientras la Organización Mundial de la Salud ratificó la condición de país libre de trasmisión materno-infantil de VIH y la sífilis congénita, otorgada en 2015 por ser la primera nación del mundo en lograrlo.

Para este 2020 el Minsap tiene como retos en la atención a la salud materno-infantil incrementar las acciones multisectoriales con el fin de reducir el embarazo en la adolescencia y la modificación de los riesgos de la mujer en edad fértil, tales como la obesidad, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, entre otros.

Otro propósito es fortalecer el control a las gestantes con alto riesgo obstétrico durante su atención prenatal para lograr la detección oportuna del crecimiento intrauterino retardado, los trastornos hipertensivos y prevenir el parto pretérmino.

En el caso de los servicios de neonatología se intensificarán las acciones para continuar elevando la supervivencia del recién nacido.

Incrementar la promoción y educación para la salud hacia las mujeres en edad fértil, sus parejas y familiares a través de los medios de difusión masiva sobre la ingestión de ácido fólico para prevenir malformaciones congénitas y la prevención de las infecciones de transmisión sexual son otras acciones previstas.

Asimismo se trabajará en el fomento de la lactancia materna, la precaución para evitar los accidentes y las infecciones adquiridas en la comunidad.

Fuente. Prensa Latina, RHC, Twitter / Editora. Carmen Torres Laffita
 

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