El espectáculo, en el parque Céspedes, devino derroche de virtuosismo a cargo de voces consagradas y sus discípulos, en la representación de artistas como Pepe Ordaz, Grisel Gómez acompañada por el guitarrista Gabino Jardines, los dúos Así Son y Voces del Caney, Eduardo Sosa, Adrián Berazaín y Annie Garcés, una de las más jóvenes promesas de la trova cubana.
Asimismo, regaló su destreza armónica el Coro Madrigalista, institución coral que ha aportado al pentagrama musical, dentro y fuera de Cuba, magistrales versiones de temas de ese género tradicional.
Eduardo Sosa, presidente del evento, comentó a la prensa que en la gala inaugural resaltó una vez más la confluencia intergeneracional de trovadores, uno de los grandes objetivos de ese encuentro, que cada año propicia el intercambio entre los exponentes del género, considerado pilar fundamental de la cultura cubana.
Sosa reconoció la trascendencia de la cita para estimular el desarrollo y promoción de la trova, a la vez que, sin obviar los considerables aportes hechos a esa expresión sonora desde otras provincias cubanas, subrayó la significación de la celebración del festival en territorio santiaguero, donde nació el auténtico género.
Durante el encuentro teórico del Festival de la Trova Pepe Sánchez, dedicado a los 150 años del cantor, el musicólogo Lino Betancourt disertó acerca de los avatares existenciales y creativos de Sindo Garay, uno de los grandes trovadores cubanos, fallecido a los 101 años.
El estudioso recordó su origen humilde, nutrido desde la infancia por el amor a la música en su familia y un entorno en el cual el terreno era fértil para desarrollar sus aptitudes.
Betancourt se refirió a la formación autodidacta de Garay, quien a los 16 años era analfabeto y aprendió las primeras letras con los anuncios comerciales en las calles, al igual que bajo la influencia, sobre todo para tocar la guitarra, de otro emblema de la música tradicional, el sastre y compositor Pepe Sánchez.
En una vida larga y llena de colores y matices, resaltó su oficio de talabartero y sus andanzas como acróbata en los circos cubanos, un acto teatral que compartía con la música en sus presentaciones por todo el país, que se extendieron también por América Latina y El Caribe.
La gira junto a la también inmensa Rita Montaner por París y los encuentros con José Martí en Haití cuando era el delegado del Partido Revolucionario Cubano en 1895, poco antes de morir en campaña, y con Fidel Castro escaso tiempo después del triunfo de la Revolución cubana, afloraron también en la conferencia.
Entre la prolífica obra de Garay, el especialista aludió a la canción En esta tierra que tiembla, dedicada a esta, su ciudad natal, que lleva la marca de la mayor peligrosidad sísmica en la nación.
Mujer Bayamesa, uno de los íconos de la canción trovadoresca en Cuba, fue una de las composiciones de Sindo Garay que lo ha trascendido, con su hondo contenido patriótico y la belleza de su letra y música.
Fuente. ACN, Prensa Latina