Guardianes de los cielos de Cuba reafirman desde el Ejército Oriental su alta capacidad defensiva

Los ejercicios, desarrollados dentro del año de preparación para la defensa, modelaron escenarios de combate en un contexto de guerra no convencional y de lucha contra golpes aéreos limitados durante la etapa de desgaste sistemático.

En esos escenarios, unidades de artillería antiaérea y tropas coheteriles realizaron el abandono desde una obra de alta protección y la marcha hasta ocupar sus posiciones de fuego para aniquilar eficazmente los blancos enemigos.

Para la primer teniente Ismaray Pupo Palacio, oficial de radio dirección, constituye un orgullo pertenecer a una unidad de las DAAFAR, sobre la cual subrayó que los jóvenes cumplen con orgullo el rol de salvaguardar por siempre la soberanía del suelo patrio.

Aseveró que constituye un doble sacrificio teniendo en cuanta que cumplimos con las mismas obligaciones y atribuciones que los hombres tanto durante las maniobras como en las salidas al terreno porque nunca se nos discrimina por difícil que sea la tarea.

El teniente coronel Alberto Ramón Saavedra Ávila, jefe de preparación combativa de la unidad, explicó a la ACN que a pesar de las limitaciones impuestas por la COVID-19 no se detuvo la preparación combativa del personal, demostrando dominio y creatividad en las acciones desarrolladas.

La fortaleza real que distinguen a las unidades de la DAAFAR radica en el dominio de las cualidades combativas de los medios técnicos y el armamento, mediante el uso inteligente de los mismos en un teatro de operaciones, que cada uno de sus integrantes conoce como la palma de la mano, y la evaluación constante del modo de actuar del posible enemigo.

Los combatientes que hoy la conforman llevan sobre sus hombros la responsabilidad de mantener viva la voluntad de enfrentar una agresión por estas fuerzas, fundadas en plena lucha insurreccional por el entonces comandante Raúl Castro Ruz, en las montañas del II Frente Oriental, convertida poco tiempo después en parte esencial del puño armado que propinó al imperialismo yanqui su primera gran derrota militar en América Latina en las arenas de Playa Girón.

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