La profundización de pensamientos y la búsqueda de consensos para continuar avanzando en la solución a los principales problemas que enfrenta la Empresa Estatal Socialista que frenan hoy su eficiencia y por ende, un mayor aporte productivo al país, resultan un desafío inmediato al que convocó el Primer Secretario del Comité Central del Partido.
Un primer concepto es el de la Empresa Estatal que defendemos en el Socialismo, sus actores, los desafíos que enfrentamos, cómo, cuándo y por qué vía debemos resolverlos, apuntó el presidente.
En la agenda de la reunión con representantes del sistema empresarial de nuestro país, estuvo el análisis dela marcha de las principales transformaciones que han tenido lugar durante el actual año en este sector, entre ellas las medidas para dotar de mayor autonomía a nuestras empresas y potenciar sus reservas productivas, la creación de las llamadas Mipymes en el sector estatal, el proceso de distribución de utilidades y el tema de los precios.
En una amplia valoración realizada por el viceprimer ministro y Ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández se expuso cómo va comportándose la implementación de estas medidas.
Gil Fernández ratificó el papel que desempeña la Empresa Estatal Socialista como principal actor económico del país, dijo que las micro, pequeñas y medianas empresas estatales no constituyen alternativas a las estructuras de las empresas, porque ellas tienen espacios y requerimientos propios.
En otro punto de su exposición se refirió al proceso de distribución de utilidades que beneficia hoy a más de 300 entidades. El viceprimer ministro apuntó que la implementación de esta medida requiere que se cumpla lo establecido y aprobado por el gobierno, todo lo cual debe hacerse con coherencia y teniendo en cuenta el actual escenario económico que vive el país de déficit de ofertas.
«Ha sido una medida audaz que se implementa gradualmente y donde los directores de las empresas deben desempeñar un papel principal», apuntó.
En este sentido, el presidente cubano señaló que deben predominar la lógica, la racionalidad y los elementos políticos, a partir de defender que nuestros colectivos sean favorecidos con la distribución de utilidades en las empresas desde el concepto de alcanzar mayores producciones que resuelven problemas a la nación, lo cual conlleva ser más objetivos en lo que hacemos.
Díaz-Canel reiteró la necesidad de que los directivos desarrollen una mayor cultura de dirección que implica el conocimiento de las medidas aprobadas por el gobierno, e igualmente rindan cuenta de forma sistemática ante sus colectivos laborales, sobre la gestión empresarial, sin formalismos.
«Para dirigir tenemos que prepararnos, dijo, y conocer las complejidades que vive el país y el resto del mundo»
El presidente se refirió al tema de la responsabilidad social de las empresas, su papel en el desarrollo local de los municipios, a la necesidad de ser eficientes para aportar a ese desarrollo local y a una mayor autonomía de los territorios. Acotó que el primer concepto de responsabilidad social de una empresa es cumplir con su objeto social.
Por eso llamó a incluir este concepto como parte de la planeación estratégica de las empresas lo que hará viable su implementación.
Tomando como referencia las intervenciones surgidas de esta tercera reunión con representantes del sistema empresarial, el presidente cubano propuso mantener de forma sistemática este espacio de reflexión en la búsqueda de consensos para darle solución a asuntos económicos y financieros de gran complejidad.
«Aquí no hay recetas, aseveró Miguel Díaz-Canel, tenemos que desarrollar enfoques políticos y económicos sobre que empresa estatal defendemos en el Socialismo y sus principales desafíos, todo lo cual conlleva al desarrollo de bases conceptuales y cómo podemos buscar soluciones a nuestros problemas».
En la reunión celebrada en el Palacio de la Revolución participaron además el miembro del Buró Político y vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa y del secretariado del Comité Central del Partido y Jefe de su Departamento Económico, Joel Queipo Ruíz.
Editora. Carmen Torres