por «Estamos convencidos del éxito de la instalación, la primera de una serie de alto lujo que atraerá clientes dispuestos a pagar un precio más alto», precisó Marrero en entrevista a la Agencia Cubana de Noticias (ACN), en tanto resaltó la existencia en la isla de productos para todo tipo de segmentos, según la categoría del viajero y sus gustos.
El titular caribeño significó que la inauguración del Manzana Kempinski -de seis niveles y 246 habitaciones- se corresponde con la intención de ampliar el número de cuartos en las urbes, ante una creciente demanda por encima de la oferta, pues hasta la fecha los esfuerzos se concentraban en los balnearios y en la zona de los cayos.
Puntualizó que actualmente se construyen instalaciones hoteleras en todas las ciudades patrimoniales como Viñales, Santa Clara, Trinidad, Cienfuegos, Santiago de Cuba, Baracoa, Holguín, Gibara y en La Habana, que posee más de 12 mil habitaciones en ese tipo de inmuebles, insuficientes aún para satisfacer los pedidos de los visitantes foráneos.
También reconoció el prestigio de la compañía alemana Kempinski, que con la gestión del «Manzana» -a partir de un contrato de administración con el grupo Gaviota- retoma su presencia en las Américas.
Fundada en 1897, esa firma europea administra actualmente 75 hoteles cinco estrellas en más de 30 naciones.
