por Gil Fernández reconoció que la irrupción de la COVID-19 complejizó el panorama de la isla, al suscitar el cierre de las fronteras, la declaración de trabajadores interruptos, la paralización de una parte importante de la actividad productiva y el incremento de los gastos destinados al sector de la salud.
El titular de Economía y Planificación recalcó que las tiendas en MLC son una medida para salvar lo que tenemos. 
«Sabemos que no toda la población puede acceder a las tiendas en MLC, pero es una iniciativa que nos permite pasar a un segundo objetivo: captar divisas para inyectarlas luego a la Economía nacional (…) Es una decisión que responde a los principios de justica social que han caracterizado a la Revolución», agregó.
El Vice Primer Ministro afirmó que el camino no es dolarizar la economía. Hay que producir más, ser más eficientes, tener más control de los recursos.
En ese sentido descartó que las tiendas cubanas pasarán a MLC cuando se elimine la dualidad monetaria en el país.
Asimismo, dijo, que esta es una de las medidas que ha permitido mantener una vitalidad en el funcionamiento del país a pesar de los millones de pesos en gastos adicionales en el presupuesto del estado.
«La implementación de la Estrategia Económica y Social de Cuba es una prioridad. Urge potenciar la producción de alimentos, el incremento de las exportaciones y potenciar el desarrollo local», agregó.
De igual forma, expresó que “no tenemos que sentir ninguna vergüenza por hablar de las tiendas en MLC. De ahí obtenemos los dólares para garantizar la leche de los niños, el pan, el arroz y el pollo en medio de un complejo escenario”.
La estrategia del Gobierno no es excluyente. Al contrario, ante la crisis internacional y la subida de precios a nivel mundial, Cuba ha mantenido valores estándares en las ofertas. La prioridad está en ofrecer posibilidades de alimentos y aseo a la población, concluyó.