Suscriben gobierno colombiano y las FARC-EP pacto de paz definitivo

La ceremonia protocolaria celebrada en el capitalino teatro Colón, puso fin a más de un mes de incertidumbre luego de la victoria del voto negativo en ese ejercicio democrático, resultado que entorpeció temporalmente el avanzado proceso pacificador.

Tras un periodo de movilizaciones ciudadanas e intensos debates en Cuba y Colombia, ambas delegaciones de negociadores terminaron el nuevo documento, que según el presidente Juan Manuel Santos incluye ampliaciones, modificaciones o precisiones en 56 de los 57 ejes temáticos revisados en La Habana, sede de las conversaciones desde 2012.

El mandatario y el líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, volvieron a estrechar sus manos al oficializar el que calificaron de último y definitivo tratado, que abarca las medidas y reformas necesarias para acabar la confrontación y comenzar la construcción de la paz.

Durante su intervención el presidente colombiano llamó nuevamente a la unidad para respaldar el trascendental acuerdo de paz suscrito con las insurgentes FARC-EP y garantizar su rápida aplicación.

Convocaré a todos los partidos, a todos los sectores de la sociedad para que contribuyan con este proceso en busca de un gran consenso nacional que facilite la implementación del conjunto de pactos, expresó Juan Manuel Santos.

El gobernante ratificó la decisión de refrendar en el Congreso de la República el documento conclusivo de casi cuatro años de conversaciones a favor de una salida civilizada a la confrontación, única en el continente.

Según el jefe de Estado cinco días después de la aprobación del texto en el Parlamento (que confía ocurra la semana entrante) comenzará el desplazamiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), hacia las zonas de transición donde dejarán las armas y empezarán a prepararse para su reincorporación a la vida civil.

El pacto actual tiene como base el inicial oficializado en Cartagena de Indias el 26 de septiembre y rechazado luego en el plebiscito de octubre por la mayoría de los votantes.

Demostremos en un mundo polarizado que también podemos ser ejemplo al poner al país por encima de los intereses políticos, estoy convencido de que es el mejor camino para Colombia y me comprometo a dar lo mejor de mí y mi Gobierno para lograrlo, enfatizó Santos.

Por su parte el máximo líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, reiteró su llamado para que los colombianos usen la palabra como su única arma, tras la firma del segundo pacto de paz con el Gobierno Nacional.

Afirmó que el acuerdo rubricado es fruto del aporte de grupos de víctimas y de todos los ciudadanos que respaldaron en las calles y otros escenarios los diálogos a favor de la distensión.

El pueblo está harto de violencia, de intolerancia, de estigmatizaciones, quiere cambios profundos (…) que cese la corrupción, el engaño; la primera demanda nacional es que se ponga fin al empleo de las armas en la política, que se garantice el derecho a disentir, a hacer oposición, a protestar contra leyes injustas, contra la arbitrariedad, añadió.

Durante su intervención Jiménez abogó igualmente por el respeto a la vida y a la libertad de pensamiento.

Según el dirigente de las FARC-EP, con el documento firmado este jueves no se deponen posiciones ideológicas o políticas, sino que se concluye de manera definitiva la guerra entre los dos lados para confrontar civilizadamente las contradicciones.

No más asesinatos de líderes sindicales, agrarios o populares, de reclamantes de tierras, ni de opositores de izquierda, no más amenazas ni hostilidades, exigió Timochenko, quien manifestó su respeto hacia los adversarios y les pidió trabajar unidos por un mejor país.

Reiteramos —enfatizó— nuestra solidaridad con todas las víctimas de esta larga guerra sea cual sea el bando al que pertenezcan, asimismo nuestra petición de perdón por las consecuencias que hayan podido provenir de nuestras manos.

Fuente. Prensa Latina

 

 

 

 

 

 

 

 

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