Socialismo en Cuba: la construcción de un sistema

El camino para llegar no ha sido fácil y este no es el final; es el comienzo de un estadío superior donde se adecuan a la realidad cubana los preceptos y acciones del pueblo y del gobierno.

Las agresiones no faltan ni han faltado, y mucho menos faltarán. Por absurdo que parezca, el capitalismo aberrante que ha colocado a la humanidad en una situación de extrema desigualdad y pobreza se empeña en perpetuarse a favor de unos pocos.

El socialismo ha sido la salvación de millones en el mundo a quiénes les ha devuelto la dignidad y ha actuado en beneficio de todos, incluso, de quienes no lo asumen.

No es un sistema perfecto, pero no he conocido otro mejor, y no es perfecto porque nada lo es, pero sí es justo porque da las mismas oportunidades a todos, tiene la capacidad de crear la conciencia necesaria para dejar de actuar con individualismo y pensar en colectividad.

Educa en el amor a los compañeros y en la emancipación e igualdad de todos sin distinción de razas, géneros u orientación sexual. Y no es que no existan prejuicios, pero la educación y la insistencia en que todos estudien y razonen es lo que ha permitido que hoy hayamos aprendido de nuestros errores y estemos construyendo un presente y un futuro donde pueden existir nuevas equivocaciones, pero las pasadas no serán un freno, ni se repetirán.

Como sistema ha pasado por momentos difíciles y mi corta edad no me permite dar un juicio de la debacle, que no sea mediatizado por las experiencias extraídas mediante la lectura y la interpretación de otros. Pero del Socialismo cubano actual puedo hablar y puedo decir que ha logrado hacer partícipe a todos democráticamente en la construcción de la sociedad que queremos.

Me eduqué y me educo gratuitamente, poseo salud gratuita y he visto a muchas personas, que al igual que yo, sin importar en que remoto lugar del país hayamos nacido nos hemos convertidos en profesionales preparados y consagrados.

La tarea no es fácil, al Comandante Chávez le escuché decir: hay algo que está naciendo y hay algo que no acaba de morir, y ese capitalismo con varios siglos de existencia que se resiste a morir no le da espacio al socialismo que recién nace para que se desarrolle y muestre un camino mejor.

Uno de los méritos de la Cuba de hoy es que la están construyendo los abuelos, los padres y nietos en armonía y con el mismo ímpetu que permitió llegar hasta aquí gracias a que muchos han comprendido de qué lado está el deber y no de qué lado se vive mejor.

Disímiles factores, en especial el genocida bloqueo que le impone el gobierno de los Estados Unidos a Cuba han impedido un desarrollo económico acelerado en Cuba; sin embargo, he visto como se ejecutan planes integrales en beneficio de todas las personas y del medio ambiente, algo indispensable para que los hombres y mujeres del mañana puedan crecer y desarrollarse, y esto es otra de las características del socialismo, la capacidad de pensar no solo en nosotros, sino en las futuras generaciones.

Del Comandante en Jefe, entre otras cosas, aprendí que el futuro está lleno de tareas, que requieren conciencia, temple y espíritu revolucionario, y el Imperio se ha encargado se enseñarme que como soy humilde no tengo derecho a vivir en paz y con seguridad. Mientras que el General de Ejército me recalcó que sí se pudo, sí se puede y siempre se podrá construir un mundo mejor gracias al socialismo y eso es precisamente lo que se plantea en esta nueva Constitución.

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