Desde un vehículo alguien gritó mi nombre. Me volvió el alma al cuerpo al identificar esa voz. A pesar del justo reproche inicial por mi tardanza no pude evitar sentirme alegre al ser parte de este colectivo que ha sabido acogerme entre ellos en apenas 5 meses de trabajo. La travesía se reanudó sin nuevos contratiempos.
Ya en la provincia de Matanzas una valla nos advierte: “Aquí estuvo la Comandancia de Fidel en los combates de Playa Girón”, nuestro guía anunció que habíamos llegado al Central Australia, paso obligado en el camino por haber sido utilizado como lugar de coordinación en las principales acciones combativas contra los mercenarios.
Fuimos recibidos por el potente silbato de la locomotora del antiguo ingenio, fabricada en 1913 y aún activa. Esa “bestia metálica” que se resiste a morir nos sirvió de vehículo adecuado para un recorrido lleno de alegría, baile y el deleite de los frutos de nuestro campo. Así somos los cubanos, irradiamos felicidad genuina que nace con la satisfacción de ser hijos de esta tierra bautizada como “la más hermosa que ojos humanos han visto”.
En lo que fueran antes los almacenes del ingenio radica hoy el Museo Memorial Comandancia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que actualmente realiza la conservación y mantenimiento general del local. A través de un instructivo recorrido contemplamos los variados objetos, documentos y útiles directamente vinculados a Playa Girón donde el pueblo cubano bajo la guía del Comandante en Jefe, Fidel Castro, le asignó al imperialismo yanqui la primera derrota en América, hecho que se consumó en menos de 72 horas y a solo 2 años de la victoria de la naciente Revolución.
Salimos del Central Australia hacia nuestro próximo destino: el poblado de Pálpite, último sitio hasta donde llegaron los mercenarios y en el que hoy radica el conjunto artístico Korimakao, fundado en agosto de 1992 por el Comandante Faustino Pérez y el notable actor Manuel Porto. En este centro se agrupan manifestaciones artísticas como el de Teatro, la Música, y la Danza en franca defensa de la idiosincrasia, las tradiciones, la formación de valores y la conciencia cultural de la juventud cubana.
Nuestra llegada coincidió con la visita de un grupo de estudiantes de la Universidad de la Habana. Alexei Sánchez, director artístico general del Proyecto, nos convidó a un recorrido por la instalación y las zonas aledañas. Fuimos testigos de las transformaciones que la Revolución ha hecho en esta tierra antes olvidada. Cobra vida en nuestro conocimiento la faena de un humilde carbonero, que nos mostró orgulloso el horno dónde nace el fruto de su sudor. No cabe duda que este pueblecito tiene su encanto, y todos sus habitantes palpitan junto a su geografía y bello entorno cenaguero.
El Museo de la Batalla de Playa Girón fue otro punto de nuestro recorrido por la historia cubana, ubicado en el mismo escenario donde se libraron los últimos enfrentamientos contra la invasión mercenaria. El lugar es considerado Monumento Nacional y cuenta con más de 1000 piezas expuestas entre las que se incluyen vestuario, documentos, armamento, numismática, objetos personales, fotografías y mapas, relacionados con los hechos.
Hay algunos elementos de este museo particularmente interesantes. En primer lugar, entre las fotos de los mártires de esta epopeya reconocí aquellos nombres que identifican a algunas de las escuelas primarias de mi municipio San Miguel del Padrón. El otro elemento fue la legendaria “cuatro bocas”, esa arma antiaérea que tanto evoca mi padre al decir que “en Girón se le dio duro a los invasores”. Él, al igual que muchos otros jóvenes, formó parte del batallón de apoyo a la artillería y más de una vez me ha explicado orgulloso las habilidades necesarias para manejarla. Antes de marcharnos conseguí tomarme una fotografía junto a esta potente arma.
Casi al final de nuestro viaje llegamos a “La Voz de la Victoria”, emisora que desde el corazón de la Ciénaga trasmite por la 99.5 y 99.9 Mhz de la frecuencia modulada una programación de tres horas diarias. Su director, Efraín Otaño, es un orgulloso cenaguero que no puede disimular la emoción al hablar de su patria chica y su gente. Le escuchamos referirse a su tierra y a las posibilidades que la Revolución ha abierto para los pobladores de la región. Este hijo de la Ciénaga de Zapata se confiesa su eterno enamorado.
Finalmente, mientras el sol comenzaba a ocultarse tras las bellas aguas de esta heroica porción de nuestra geografía nos despedimos de la Ciénaga, de sus playas, sus cocodrilos, su mangle, su memoria histórica y su corazón agradecido que reconoce todo lo que hay hoy allí como obra de la Revolución.
Nos queda la satisfacción de haber salido al encuentro de la historia de la gran Victoria de Playa Girón, que cómo dijera el Che, “…es un símbolo para todos los pueblos oprimidos” y “…una de las primeras derrotas del Imperialismo en escala mundial”. Crece en nosotros, los más jóvenes, el compromiso de repetir la historia si fuese necesario, con las armas y las ideas.