por La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en el centro histórico de Santiago de Cuba, llevaba horas abarrotada de cubanas y cubanos dispuestos a soportar el intenso sol de esa provincia oriental para escuchar el mensaje del Papa Francisco.
Su recorrido por las avenidas de la Ciudad Heroica confirmó una vez más el entusiasmo de los cubanos por la visita apostólica del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica quienes colmaron las aceras y las plazas por donde transitó el Papamóvil.
Ya en el parque Céspedes, sitio marcado especialmente por la historia de Cuba, el Obispo de Roma escribió nuevos hitos cuando detuvo como costumbre su paso y bendijo en la frente a niños y adolescentes que los guardias suizos le acercaban por encima de la multitud.
Dentro de la Catedral arrancó vítores y expectación cuando caminó hacia las familias reunidas, las saludó, bendijo con su mano e incluso se inclinó para llegarle a los niños a su alrededor.
Antes de subir al altar un niño se detuvo frente a él a tomarle una foto para la que el Papa Francisco posó y sonrió. Luego se tomó otra imagen con ese niño y otros que se congregaron a su lado.
Las palabras de bienvenida de Monseñor Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, refirieron el agradecimiento de ese encuentro de la familia cubana con su Pastor.
“La familia es la institución más valorada por los cubanos y, precisamente por eso, es la que más preocupa debido a tantos factores que atentan contra su unidad, su bienestar, su significado y el sentido de matrimonio de la sociedad actual”, apuntó en la Catedral.
Durante la bendición a las familias cubanas habló del Evangelio de las bodas de Caná como espacio de comunión de las familias y la importancia que tiene la convivencia dentro de los hogares para la formación de una sociedad que se mantenga junta.
“Les voy a dar una palabra de esperanza, que quizás nos haga mirar hacia atrás; mirando hacia atrás memoria, memoria de aquellos que nos fueron trayendo a la vida y en especial memoria a los abuelos. Un gran saludo a los abuelos, no descuidemos a los abuelos. Los abuelos son nuestra memoria viva. Y mirando hacia delante los niños y los jóvenes que son la fuerza de un pueblo. Un pueblo que cuida a sus abuelos y que cuida sus jóvenes tiene el triunfo asegurado”, dijo el Sumo Pontífice en el atrio de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción antes de bendecir la ciudad de Santiago de Cuba.
En su prédica papal el Sumo Pontífice ha dado especial atención a las familias en un momento crucial en que convocó al Sínodo de la Familia, previsto para dentro de dos semanas, y en su paso por Cuba no ha desestimado la importancia de esta institución para la Iglesia Católica y la sociedad.
Sobre el tema más de 150 intervenciones, entre discursos, homilías, catequesis y mensajes, desde el inicio del pontificado del cardenal argentino, así como 35 discursos y homilías pronunciados por él en su misión como arzobispo de Buenos Aires entre 1999 y 2013, quedaron recogidos en un libro de reciente publicación en España.
“Permítanme que les de la bendición, pero con una condición, van a tener que pagar algo: les pido que recen por mí, esa es la condición. Adiós y gracias”, fueron las últimas palabras del Papa Francisco ante el pueblo reunido en la Catedral de Santiago de Cuba.