Monólogo para un niño triste
Mira esta foto. Mírala bien y fíjate en sus huesitos desnudos, observa que tiene en sus manitas algo así como un pequeño plato metálico, pero vacío, aunque quizás alguna vez le hayan depositado un mendrugo de algo, no importa qué, no importa. Es que tiene hambre, cara.., tiene hambre. ¿No te das cuenta? Hambre de verdad, la que no es pasajera, la que le mantiene su pequeño estómago vacío casi siempre, es el mismo niño que no toma leche en la mañana, ni en la tarde, ni en la noche…!ni nunca! Pero hay mucho más, aunque no quieras saberlo, aunque esquives la verdad cruel, desgarradora…