LA MEMORIA RADIAL: El ejemplar caso de Radio Habana Cuba

Un arte sin referentes no sobrevive. La radio ha padecido de una grave orfandad de memoria, de mucha improvisación, dispersión y asistematicidad en los esfuerzos por cuidarla. Es cierto que las dificultades materiales han conspirado en contra, mas cada voz que se escapa, cada minuto valioso que se pierde sin intentar conservarlo, es un salto al vacío en la compleja y rica armazón de la historia de un país.

Por suerte, en ese panorama también hay luces. Radio Habana Cuba, la emisora cubana que transmite al exterior desde su fundación en 1961, posee un legado inestimable de material sonoro. Tal es el tema que Radiaciones aborda con un artista de la estatura de Abel Rosales Ginarte, cuya trayectoria ha recorrido los caminos del periodismo, la locución, la enseñanza, la asesoría y la escritura, tanto en esa casa radial como en otros medios cubanos y foráneos. Él ha estado ligado, de muy diversas maneras, a esas memorias.

“Mientras realizaba el programa Formalmente informal, uno de los más importantes en la historia de la emisora, dedicamos un programa al golpe de estado en Chile en 1973 contra Salvador Allende. Recibimos el mensaje de un oyente desde Uruguay que recordaba como los grandes medios silenciaron ese suceso, pero él estuvo informado todo el tiempo por Radio Habana Cuba. Muchas de esas grabaciones históricas permanecen aquí».

“Felizmente, la conciencia de salvar archivos históricos surgió de un equipo de profesionales de alto nivel que dieron vida a la emisora. La idea fue de Orlando Castellanos, y le tocó a Ignacio Canel iniciar el proceso de organizar los archivos. Conversé muchas veces del tema con Canel, Premio Nacional de Radio, quien fue realizador de sonidos, director de programas y jefe de programación de la emisora. Él fue la persona que puso sus manos para salvar muchos archivos de voces. Trabajo mucho con los archivos de la emisora y cuando Canel estaba con nosotros, era más fácil porque podía recordar con bastante precisión los audios que estaban salvados en la emisora. Además siempre estaba dispuesto para ayudar a encontrarlos. Ahí trabaja nuestra especialista Leticia que se conoce todos los detalles del archivo y es la mejor guía para adentrarse en cada uno de ellos.

“Muchas instituciones del Estado han contado con los archivos de nuestra emisora para organizar y copiar los audios de los discursos de Fidel Castro, por ejemplo. Los archivos del programa, La cultura en Cuba y en el mundo, a cargo del gran escritor Alejo Carpentier, son joyas que felizmente se han digitalizado.

“Orlando Castellanos fundó el programa, Formalmente informal, que es un verdadero tesoro de la memoria radial cubana. Hablamos de un maestro de la entrevista que también creó otros proyectos radiales que incluyen grabaciones a personalidades de todos los ámbitos cubanos y extranjeros. Cada domingo el programa, Memorias culturales, retrasmite muchos de esos espacios.

“El archivo posee también grabaciones de discursos de Lenin, de Mao Zedong y de otros personajes. El cambio de tecnología ha limitado el mejor uso de esos archivos, porque el proceso de digitalización es lento y los problemas económicos también han impedido salvar muchos materiales que permanecen en los archivos en cintas magnetofónicas sin las condiciones ambientales adecuadas; pero se trabaja para salvar la mayor cantidad de archivos posibles”.

De su propia experiencia

“Llegué a Radio Habana Cuba en 2006 para hacer el programa, Formalmente informal, porque su realizador, Ángel Ferrera, se iba para Habana Radio, la emisora de la Oficina del Historiador de La Habana. Lo primero que hice fue buscar el programa que Ángel le había hecho a Castellanos para conocer la génesis de un espacio que fue de los más escuchados de la onda corta en el mundo.

“Hacer un programa de 18 minutos de entrevistas de lunes a viernes, es una labor titánica. La persona que más tiempo hizo el programa fue Ferrera. Gracias a él, me asomé a los archivos… y aquello fue tremendo. No sé cuántas veces disfruté de entrevistas a García Márquez, a Julio Cortázar, a Dulce María Loynaz, a Fayad Jamís, a Félix Benjamín Caignet, la lista es interminable.

“La concepción de Castellanos es entrevistar sin pensar que el público pueda tener información sobre el personaje, por eso sus entrevistas son tan buenas. Eso de como se conoce o mucha gente sabe, hay que eliminarlo de la voz del entrevistador, quien no debe interrumpir a su invitado. Tenemos mucho que aprender de Castellanos y de Ferrera también,  un tipo con una humildad tremenda, es un gran personaje de la Radio Cubana. Beber de esas fuentes es vital, lo sigo haciendo porque trabajo con los archivos de la emisora. Recuerdo que cuando murió Eusebio Leal, el gran historiador cubano, se utilizaron fragmentos de grabaciones suyas y logré dar con la entrevista original que le había hecho Ángel en 1986.

“La vitalidad de estas grabaciones radica en la capacidad que tengamos los artistas para traerlas al presente, revisitando la huella de los que hablan, utilizando sus puntos de vista y vivencias a nuestro favor, para que todo ese legado no desaparezca. He trabajado muchas de esas grabaciones en programas, en propaganda y mensajes de bien público, en géneros periodísticos, con fragmentos de voces como las de Onelio Jorge Cardoso, el cuentero mayor; Nicolás Guillén, nuestro Poeta Nacional;  el gran pintor Wifredo Lam; Oswaldo Guayasamín, el pintor de Iberoamérica que tiene una poderosa huella en Cuba, el genial radialista Félix Benjamín Caignet y muchos otros.

“¿Qué falta por hacer? Poner todos esos trabajos en las redes y compartirlos con el mundo entero y con todas las radios del país. Además previa coordinación con la dirección de la emisora, esos archivos se pueden compartir sin costo alguno, dando el crédito merecido a Radio Habana Cuba. Esas grabaciones son testimonios para todos los tiempos, por ellos estamos aquí y de ellos tenemos mucho que aprender. ¿Cómo hacerlo bien? Eso depende del ingenio y la creatividad de todos los seres vivos que seguimos haciendo y viviendo la radio”.

Preservar, organizar y socializar / “Prohibido olvidar”

Abel Rosales Ginarte habla desde la pertenencia, desde lo mejor y lo más profundo  del sistema radial cubano. La radio vista no desde el apremio, sino desde el sustrato. Desde la cultura en toda su multiplicidad, y no solo desde la comunicación. La radio no únicamente como presente, sino como plataforma. La radio que hace historia, mientras cuenta la historia.

“Me preocupa que en muchas emisoras el patrimonio de voces se vea como algo simple, y se deja relegado y desordenado. Actualmente es más fácil guardar y salvar, porque todo está digitalizado y ocupa menos espacio. ¿Qué guardar? Historias de vida de grandes personajes de nuestras comunidades, de personalidades de la cultura, de nuestros profesionales de la salud que andan por el mundo escribiendo páginas de solidaridad únicas, de nuestros colegas que tienen historias fascinantes y que muchas veces valoramos poco.

“Los fundadores de nuestras emisoras deben de tener un lugar sagrado. Todo eso debe de organizarse y formar parte de los archivos de cada emisora, y anualmente dedicar uno o dos días para hablar de los nuevos archivos incluidos, para traer al presente a un personaje que aparezca en esa base de datos. Se debe de establecer una jerarquía de lo que se ha guardado, compartirlo con escuelas que pueden necesitarlo, con universidades, con la asociación de historiadores…

“Debemos sentirnos orgullosos de nuestro pasado, sentir que aportamos con nuestro trabajo al futuro, tal como hicieron Orlando Castellanos e Ignacio Canel en Radio Habana Cuba. Luego todos hemos ido aportando también a esos archivos con el trabajo diario. Como cada familia tiene sus memorias, cada radio, por muy nueva que sea, debe de crear la suya.

“Cada vez que nuestro Premio Nacional de Radio, Pedro Martínez Pirez, hablaba de un hecho histórico decía: Prohibido olvidar. La humanidad en muchas ocasiones ha sufrido bastante por esa terrible costumbre de olvidar. Ojalá que eso no ocurra con la radio. Cuando haya que tratar a grandes figuras, las más conocidas, (políticas, culturales, deportivas, científicas…) los ejecutivos deben de encargar ese trabajo a sus mejores profesionales, gente capaz de exponer y traer al presente lo que somos. El reto es mayor, porque debemos ponerlo en las redes sociales para que el mundo nos conozca y los más nuevos entiendan mejor de donde venimos, para cargar con orgullo nuestras raíces”.

Autor

  • (Santiago de Cuba, 1968) Licenciado en Periodismo (1991) y Máster en Comunicación Social por la Universidad de Oriente (2004). Recibió la Distinción por la Cultura Nacional y el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro (2021) por la obra de la vida. Alcanzó el premio de los concursos nacionales de poesía Hermanos Loynaz (2011) y Regino Pedroso (2014). Premio Latinoamericano de Crónicas (Portal Nodal Cultura, 2016). Entre sus libros: A capa y espada, la aventura de la pantalla (2011), Poemas del lente (2013), La noche más larga. Memorias del huracán Sandy (2014), Ser periodista, ser Quijote (Ediciones La Luz, 2019) y Las pequeñas palabras (2019). Miembro de la UPEC y de la UNEAC. Actualmente es realizador de la emisora Radio Siboney.

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