De la vida personal de este matrimonio fantástico de la radio, el cine y la televisión cubana, poco se sabe; esa fue la excusa –además de la amistad que la une a ellos- de la destacada realizadora Consuelo Elba para escribir y dirigir el largometraje «Detrás de una sonrisa» cuya premier tuvo lugar este 8 de noviembre en el Multicine Infanta de La Habana.
«Fue un documental que hicimos – mi equipo y yo- con mucho amor, cariño y respeto a estas dos grandes figuras de la cultura cubana. Es un homenaje a toda una vida entregada a los medios y un agradecimiento por tanta alegría», resaltó Consuelo Elba durante la presentación del documental en La Habana.
«Estoy muy contenta porque es el pueblo quien está aquí en esta sala, como siempre, a mi lado, desde que empecé hace 55 años trabajando para él. Imagínense cómo me puedo sentir en un documental tan bonito y emotivo para mí. Todo lo que ustedes van a encontrar aquí, es mi corazón abierto al pueblo.» expresó Aurora Basnuevo con su carisma de siempre.
Por su parte Mario Limonta destacó antes de la presentación, su agradecimiento al Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficas (ICAIC), a la realizadora y al pueblo por su presencia en el multicine.
El documental
Cincuenta y siete minutos bastaron para contar la historia de Mario y Aurora, cuyos testimonios atrapan al espectador por la sinceridad, sencillez y valentía con que describen su trayectoria a lo largo de los años: matrimonio, el nacimiento y avatares por la enfermedad su único hijo, triunfos profesionales, alcoholismo de Mario, vida cotidiana y actual.
Todo ello, perfectamente combinado con el sentido del humor con que fueron expuestos al público y las locaciones utilizadas. Vimos a Mario y Aurora en la trasparencia de sus ojos, rutina diaria, su casa – la cafetera que no colaba- , la familia, la comunidad –el juego de dominó, la tienda, la calle, la gente, la panadería.
Consuelo nos presenta no la pareja ideal o utópica, más bien, demuestra que a pesar de los momentos agridulces de la vida, es posible salir adelante, y sonreírle a la vida como lo hacen a diario estas dos admirables personas.
Tal vez coincidamos en que uno de los momentos más emotivos del producto audiovisual fue cuando los protagonistas hablaron de las limitaciones sicológicas de Mario, su único hijo. «Cuando uno tiene un pequeño con esta enfermedad, simplemente lo ama más», dijo Mario –padre- mientras que Aurora dejaba caer algunas lágrimas.
Durante esta última escena me sorprendió la forma en que fue presentada sin caer en el melodrama excesivo y permitiendo adivinar cuánto sufrimiento puede ocultarse detrás de una sonrisa (de ahí el título), lo que pone al descubierto la majestuosidad de sus actuaciones y la capacidad creadora de ambos artistas.
Pienso que la cinta es una excelente propuesta cinematográfica, tanto por la selección de estas dos grandes personalidades de nuestra cultura, como por la utilización de imágenes de archivo y la presentación de programas antológicos de la radio y televisión cubana.
Es también un material audiovisual de obligada consulta para quienes deseen estudiar los inicios de la televisión y la radio en la mayor de las Antillas y sus más estelares espacios.
«Detrás de una sonrisa» se mantendrá en la Sala 1 del Multicine Infanta, del ocho al 14 de noviembre, y seguidamente pasará al circuito nacional para su proyección en los cines de estreno de toda Cuba.
Los protagonistas
Luego de medio siglo de vida artística, Aurora Basnuevo y Mario Limonta han conquistado el gusto del público por programas tan populares como San Nicolás del Peladero –televisión– o Alegrías de sobremesa –que actualmente se transmite por Radio Progreso.
El paso de Aurora Basnuevo por el cine se remonta a filmes como El encuentro (1965), de Manuel Octavio Gómez, a las que siguieron películas como Vals de la Habana Vieja (1988), de Luis Felipe Bernaza; Las profecías de Amanda (1999), de Pastor Vega y Adela (2005), de Humberto Solás que le abriera las puertas al séptimo arte.
Su trabajo en la radio se dirige fundamentalmente a la programación dramática. Ha compartido los estudios de grabaciones con figuras reconocidas dentro de este medio como Caridad Martínez, Alberto Luberta y Gilberto Enríquez tanto en novela cubana, por ejemplo «Sol de Batey» de Dora Alonso, como en el histórico «Así se forjó la Patria». Pero donde más el pueblo la identifica es en Alegrías de sobremesa, con su personaje Estelvina.
Por su lado, Mario Limonta mantuvo una sostenida carrera en el cine, aunque su trabajo en la Radio le ha otorgado innumerables premios y condecoraciones por parte del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
Ha trabajado en cintas como La decisión (1964), de José Massip; De cierta manera (1974), de Sara Gómez; El Brigadista (1977), de Octavio Cortázar; Retrato de Teresa (1979) y Las profecías de Amanda (1998), ambas de Pastor Vega; Barrio Cuba (2005), de Humberto Solás; El cuerno de la abundancia (2008), de Juan Carlos Tabío; Los dioses rotos (2008), de Ernesto Daranas; Boleto al Paraíso (2010), de Gerardo Chijona; y Marina (2011), de Enrique Álvarez.