Cecilio Avilés por siempre entre nosotros

Cecilín y Coti fueron sus dos personajes más populares, creados en 1979. Desde entonces, hasta los adultos disfrutábamos con sus ocurrencias; lo mismo a través de la revista Pionero como en el cine, la televisión y las filminas que tanto gustaban en los años ochenta. 

Nuestros hijos y nietos soñaron y rieron con sus aventuras. El pequeñín y su cotorrita amiga, de un lado a otro nos sorprendían en cada historieta persiguiendo a “tipos malos” para vencerlos y darles su merecido.  Si dos componentes predominan en Cecilín y Coti son la cubanía y la ternura.  

Cecilio Avilés Montalvo el papá creador de estos personajes, había nacido en Cumanayagua, hoy provincia de Cienfuegos, el 5 de diciembre de 1944. Es de imaginar cuánto influyeron en él sus años infantiles en aquel pueblo pintoresco rodeado de lomas, donde las cotorras se dan por montones y vuelan libres saltando entre plátanos, guayabas y eucaliptos. En aquel entorno tuvo Cecilio sus primeros encuentros con la naturaleza que, años después, le proveyera matices y sueños para desde su mundo interior, regalarnos a sus personajes.  

Durante varios años se encontraba cada mañana por televisión con los niños y niñas de Cuba para enseñarles cómo dibujar, al tiempo que les contaba sus historias. Cecilio dio una lección viviente de pedagogía a distancia, por eso los más pequeños se identificaban con él. En su legítimo afán por hacer perdurable su legado, trabajó de cerca con la Editorial Pablo, Gente Nueva y la Editorial Oriente que le publicaron sus historietas, perseguidas por los fiñes como pan caliente en las librerías. No había Feria del Libro que no fuese también la de Cecilín y Coti. Seguro que seguirá siendo así porque los niños así lo quieren. 

El gran artista y ser humano que recordamos hizo de su arte, su vida. Todo el saber lo volcó a una vocación para la que se preparó desde que obtuvo la licenciatura en Historia del Arte en la Universidad de La Habana, y la especialidad de Pintura y modelado en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro.También cursó Dibujo Comercial y Diseño Gráfico en la Academia Diego Rivera y en la Escuela de Realizadores del ICRT, así como música y armonía en el Centro Ignacio Cervantes.

Fue un artista en toda su magnitud. Miembro de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), fue incansable en las labores del trabajo comunitario. 

Era costumbre verlo cada día temprano en la Editorial Pablo. Recuerdo una mañana del 2012 que estuve allí y él mismo me recibió. De pocas palabras, pero sí cortés, atento y ocupado en su quehacer. 

Tengo la certeza de que Cecilín y Coti lo acompañaban siempre, a donde quiera que él fuese. Ahora que Cecilio Avilés partió a la edad de 77 años, sus queridos personajes se quedan junto a nosotros con su graciosa cubanía.

Así nos recuerdan que su papá creador vivirá para siempre en ellos. 

 

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