La radio cubana, el gran amor de Nila Sánchez

Luego de pasar la Escuela de Formación de Actores del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), donde recibió clases de excepcionales actores como Alejandro Lugo, Alden Knight, Alfredo Perojo y Severino Puente, comenzó la vida profesional de Nila en el arte.

A inicios de los 70 fue la emisora Radio Liberación (actual Radio Arte), la primera en sacar su voz al éter, aún siendo estudiante, condición que también le proporcionó su primer protagónico en la televisión en el dramatizado La conjura de la Ciénaga, donde compartió escenas con talentosos actores como Miguel Navarro, Pedro Álvarez y Verónica Lynn, entre otras descollantes guras de la escena cubana.

“He tenido el placer y el privilegio de trabajar con los más importantes actores y directores cubanos de todos los tiempos. Aunque es un poco difícil responder entre los personajes que más han marcado mi existencia, recuerdo a la niña Chicharrita, que interpreté en Viento Sur, radionovela de Joaquín Cuartas que se transmitió por Radio Progreso.

“La novela se basaba en un hecho ocurrido en Santa Cruz del Norte, cuando el pueblo fue arrasado por un ciclón. Esa niña me hizo ganar mi primer Premio Caricato, fue un papel muy especial, si tuviera que volver a interpretar no lo haría igual, es de esos que se logran una sola vez. Experimenté una satisfacción especial al compartir los micrófonos con Aurora Pita (era mi madre adoptiva), Martha Velasco, y otros grandes actores.

También recuerdo con mucho cariño a Luisa (Aires de Ingenio), que dirigió Ángel Luis Martínez, también para la Emisora de la Familia Cubana. Era un personaje muy fuerte, con una triste historia en la que sus hijos se van del país y ella lo sufre mucho”, comentó Nila en entrevista telefónica.

Han sido muchísimos los personajes a los que ha dado vida Nila Sánchez, entre ellos, Soledad Montoya es otro de los que recordó con agrado. “Ese personaje es de los más recientes, pertenece a la radionovela Cuando llegue la luna llena, que transmitió el espacio Tu novela de amor de la nonagenaria emisora. Esta novela también la dirigió Ángel Luis Martínez, y fue un personaje tremendo, era el centro de una obra escrita para homenajear a Federico García Lorca y donde confluían todos sus personajes”, explicó.

A su permanencia en la más antigua de las emisoras cubanas también hizo referencia la carismática actriz: “A mí me gusta mucho la programación que tiene Radio Progreso, y esta emisora me ha acogido muy bien, ha sido un cariño recíproco. Antes trabajaba en todas las emisoras, pero nunca abandoné esta, porque su programación me abarcó.

“Todos los directores me pedían para sus espacios (Novela de las dos, Novela cubana, Clave 830, Nosotras, Tu novela de amor y Agente especial)”, destaca la actriz.

En el caso del último de los espacios mencionados el cariño de Nila es muy especial, confesó que para ella su director, Pedro Urbezo, creó a la Mayor Magela, oficial del Ministerio del Interior (Minint). Refiriéndose a la relación con este rol subrayó: “Magela tiene el deseo, como yo, de que las cosas se hagan bien, de que la verdad siempre salga, que se castiguen a quienes cometan errores. Pero también esa oficial me ha engrandecido, me ha aportado mucho, porque ella es de esas cubanas que desde su posición luchan porque esta sociedad sea cada día mejor”.

Su paso por espacios televisivos como Aventuras, El cuento, Teatro ICR, Horizontes y Tele novelas han ubicado a Nila Sánchez entre los rostros más conocidos por una generación de cubanos que disfrutaron de propuestas como Una puerta entre dos mundos y La dama de blanco, por solo citar algunas.

Las enseñanzas adquiridas de importantes directores le acompañan hasta la actualidad. “He sido dirigida por Erich Kaupp, Sirio Soto, Vázquez Gallo y muchos que ya no están, pero a quienes agradezco todo lo que me enseñaron, desde el dominio de mi voz para interpretar disímiles personajes, hasta la manera de comportarme ante las cámaras”.

La interrogante sobre el medio en que se siente más cómoda trabajando tuvo por respuesta la siguiente reflexión: “Cada uno tiene su lenguaje y su forma de expresión, me encanta la televisión, pero también la radio. Me he dedicado más a la última, entre otras cosas, a consecuencia del periodo especial, por el que transitamos en la década de los 90 del pasado siglo, momento en el que hubo una notable depresión en las propuestas televisivas, y en el que la radio asumió el mayor protagonismo.

Me fui quedando en el medio radial porque me fascina. Aunque muchos no lo crean, el trabajo en la radio es muy duro, exige mucho del actor porque lo tienes que dar todo con la voz; situaciones, emociones y colores llegan al público solo a través del sonido de la voz. Cuando una se enfrenta a un micrófono, la responsabilidad que asume es muy grande, porque te escucharán miles de personas que esperan lo mejor de ti, te alaban o te critican, en dependencia de la manera en que sientan satisfechas sus expectativas.

“Eso solo lo he podido experimentar desde la radio. Este medio me atrapó y nunca más me ha soltado. Si me llaman, hago televisión, pero siempre poniendo como condición el respeto a mi trabajo en la radio”, acotó.

Como buena guía para los más jóvenes, no perdió la oportunidad para dejar su recomendación: “El actor tiene que ser en extremo disciplinado, tiene que estudiar mucho y practicar bastante la voz y la dicción, eso es muy importante porque estamos para educar, no podemos hablar como cualquiera en la calle. Somos maestros porque asumimos una responsabilidad desde el micrófono.

 

 

 

 

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